sábado, 30 de julio de 2011

Juan Pablo II y las sectas proselitistas

Juan Pablo II y las sectas

may 03, 2011 con Comentarios 2

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1. Juan Pablo II: el Papa que ha hablado con más valentía sobre las sectas.

2. El desafío de las sectas a la pastoral, en las visitas ad limina de los obispos.

3. Juan Pablo II y la preocupación por el proselitismo sectario entre los emigrantes.

4. El desafío de las sectas en diversos aspectos de la vida de la Iglesia, según Juan Pablo II.

1. Juan Pablo II: el Papa que ha hablado con más valentía sobre las sectas.

FUENTE: Fundación SPES

Recogemos sus principales intervenciones, gracias sobre todo al trabajo del también fallecido José María Baamonde, psicólogo argentino y uno de los fundadores de la RIES que realizó sus principales investigaciones y publicaciones sobre el tema de las sectas en la época del Papa polaco. De Baamonde es, precisamente, la reflexión que sigue, tomada de uno de los cursos que impartía en la Fundación SPES, de Buenos Aires, que él mismo fundó y dirigió.

El Papa que habló sobre sectas

No ha existido ningún otro Pontífice que haya hablado, con tanta valentía sobre un tema que, a raíz de lo complejo y urticante, no pocos prefieren callar. En razón de la imposibilidad de incluir todas las manifestaciones, hemos seleccionado los textos y párrafos más relevantes, razón por la que sugerimos en una segunda instancia, la lectura de los documentos en su integridad.

Especial importancia tiene el mensaje dirigido al tercer grupo de obispos norteamericanos, en su visita ‘ad limina’ el 18 de mayo de 1993, donde S.S. Juan Pablo II hace alusión a un tema de grave consideración, como lo es el de la penetración de ideas y conceptos de la New Age o Nueva Era “en la predicación, la catequesis, los congresos y retiros”, llegando “a influir incluso en los católicos practicantes”.

También es digno de resaltar por la riqueza del contenido y orientaciones, el mensaje que el Papa con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, diera el 25 de julio de 1990. En el mismo, el Pontífice se refiere exclusivamente al fenómeno de las sectas y Nuevos Movimientos Religiosos, y menciona las diversas realidades por las que atraviesan los emigrantes, realidades estas, que muchas veces facilitan la adhesión a no pocos movimientos de características sectarias.

El nuestro [Argentina] es un país donde los emigrantes están a la orden del día: personas que emigran a nuestras tierras, provenientes de variados países; personas que emigran del interior a las grandes ciudades; y personas nativas de las grandes ciudades que no emigran, pero por las características alienantes de las megalópolis, viven como tales en sus propias ciudades.

Si bien las palabras del Papa, con que iniciamos esta entrega fueron dirigidas a los obispos, consideramos que no sólo a ellos los alcanza, sino a todo el Pueblo de Dios. Sus palabras deben ser también una inquietud pastoral para todos nosotros frente a este nuevo desafío, ya que no son pocos los católicos que por desconocimiento, están experimentando un fenómeno de doble pertenencia. Es decir, practican la fe católica y al mismo tiempo, participan de movimientos o prácticas nuevaeristas.

No sólo los obispos sino todos los bautizados debemos asumir una responsabilidad, un testimonio y un compromiso. Responsabilidad frente a la propia formación en la fe, su profundización constante y obediencia al Magisterio; testimonio de vida frente a lo que implica dicha formación, sin temerle a llegar a ser signo de contradicción ante una sociedad que propugna supuestos valores, concepciones y disciplinas que se contradicen con la fe; y compromiso ante la problemática, aunque ello implique perder algún dinero, por no vender ciertos libros o alquilar una dependencia católica para que se promocionen grupos nuevaeristas, o no caer simpáticos, por orientar y esclarecer en la Verdad.

2. El desafío de las sectas a la pastoral, en las visitas ad limina de los obispos.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Bolivia en su viaje pastoral

L’Osservatore Romano, 21 (1988), p. 10.

“Me alegra profundamente poder comprobar personalmente la religiosidad del pueblo boliviano, que espera y necesita nuestra guía doctrinal, para poder purificar y consolidar en la verdad sus sinceras y hondas creencias religiosas, así mismo necesita nuestras orientaciones para saber cómo actuar y defenderse frente a la actividad proselitista de las sectas, que en tiempos recientes, se están multiplicando en Bolivia; dichas sectas de corte fundamentalista están sembrando confusión en el pueblo, y por desgracia pueden diluir muy pronto la coherencia y la unidad del mensaje evangélico”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos del Perú en su visita ad limina

L’Osservatore Romano, 23 (1988), pp. 21 y 32.

“Veo que en los diversos países de América Latina el problema número uno es, cada vez más, el problema de las sectas, algunos Obispos han manifestado una opinión muy pesimista de cara al futuro, yo no puedo permanecer indiferente ante estas opiniones pesimistas”.

“Esto debe constituir un motivo más de preocupación pastoral, que nos lleva a plantear y realizar una acción evangelizadora, para la cual se necesitan agentes de pastoral convenientemente formados e imbuidos de gran espíritu apostólico”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Zaire en su visita ad limina

L’Osservatore Romano, 48 (1988), pp. 21 y 32.

“Habéis aludido a la proliferación de las sectas y a su acción corrosiva. Las razones son sin duda múltiples. El hecho constituye para la Iglesia una seria interpelación, invitando a desarrollar la formación catequética de los fieles y de comunidades eclesiales ricas, puesto que los que son tentados por las sectas, buscan probablemente una respuesta simple o sincretista a sus interrogantes y un sostenimiento caluroso, que pertenece al orden de la caridad”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana

Lago Guadalupe, México, 12 de mayo de 1990 – L’Osservatore Romano, 34 (1990), p. 1.

“Tampoco hay que descuidar el grave problema de los ‘nuevos grupos religiosos’, que siembran confusión entre los fieles, especialmente en los ambientes medios y marginales o pobres. Sus métodos, sus recursos económicos y la insistencia de su labor proselitista hacen impacto, sobre todo, entre quienes emigran del campo a la ciudad”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos argentinos en su visita ad limina

AICA Doc 230, AICA nº 1779 (1991), pp. 2/6.

“Con paciencia, con pedagogía paternal, mediante un itinerario catequístico permanente, a través de misiones populares y otros medios de apostolado, ayudad a esos fieles a madurar en su conciencia de pertenecer a la Iglesia y a descubrirla como su familia, su casa, el lugar privilegiado de su encuentro con Dios”.

“Son precisamente esas multitudes que conservan la fe de su bautismo, pero probablemente debilitada por el desconocimiento de las verdades religiosas y por una cierta ‘marginalidad’ eclesial, las más vulnerables ante el combate del secularismo y del proselitismo de las sectas (…). La presencia de las sectas, que actúan especialmente sobre estos bautizados insuficientemente evangelizados o alejados de la práctica sacramental, pero que conservan inquietudes religiosas, ha de constituir para nosotros un desafío pastoral al que será necesario responder con un renovado dinamismo misionero”.

Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en su segundo viaje apostólico a Brasil

Brasil, octubre de 1991 – Citado por URREA, JUAN C., Los NMR en América Latina, Ed. Paulinas, Chile 1992, p. 62.

“Sé bien que la promoción de estas sectas y grupos cuenta con fuertes recursos económicos y que su predicación seduce al pueblo con falsos espejismos, engaña con simplificaciones torcidas y siembra confusión, sobre todo en los más sencillos que han recibido escasa instrucción religiosa”.

“Es importante pues, que vuestra pastoral, sepa ocupar los espacios en los que actúan esas sectas, despertando en el pueblo la alegría y el santo orgullo de pertenecer a la única Iglesia de Cristo, que subsiste en nuestra santa Iglesia Católica”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, al tercer grupo de obispos de los EE.UU. en su visita ad limina

Palabra, 343/4, Madrid, agosto 1993, p. 129.

“Mientras sigue avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de espiritualidad, como lo muestra la aparición de muchos movimientos religiosos y terapéuticos, que pretenden dar una respuesta a la crisis de los valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo religiosus produce algunos resultados positivos y constructivos, como la búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y racionalista. Por otra parte, este despertar religioso trae consigo algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe cristiana.

Muchos de vosotros habéis escrito cartas pastorales sobre los problemas que presentan las sectas y movimientos pseudorreligiosos, incluido el llamado New Age. Las ideas de la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe de la Iglesia.

En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un lenguaje religioso. Además proponen a menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana. Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la redención por medio de Cristo”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, al primer grupo de obispos argentinos en su visita ad limina

AICA Doc 328, AICA nº 1990 (1995), pp. 67/71.

“La ignorancia religiosa y la deficiente asimilación vital de la fe, que se derivan de una catequesis insuficiente o imperfecta, dejarían a los bautizados inermes frente a los peligros reales del secularismo o del proselitismo de las sectas fundamentalistas, con el consiguiente riesgo de que estos reemplacen las valiosas y sugestivas expresiones cristianas de la piedad popular”.

“Otro fenómeno de nuestra cultura contemporánea es que, mientras continúa avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, se percibe también una nueva demanda de espiritualidad, expresión de la condición religiosa del hombre y signo de su búsqueda de respuestas a la crisis de valores de la sociedad occidental”.

“Hay que tener presente, sin embrago, que no faltan desviaciones que han dado origen a sectas y movimientos gnósticos o pseudorreligiosos, configurando una moda cultural de vastos alcances que, a veces, encuentra eco en amplios sectores de la sociedad y llega incluso a tener influencia en ambientes católicos.

Por eso, algunos de ellos, en una perspectiva sincretista, amalgaman elementos bíblicos y cristianos con otros extraídos de filosofías y religiones orientales, de la magia y de técnicas psicológicas. Esta expansión de las sectas y de nuevos grupos religiosos que atraen a muchos fieles y siembra confusión e incertidumbre entre los católicos es motivo de inquietud pastoral”.

3. Juan Pablo II y la preocupación por el proselitismo sectario entre los emigrantes.

FUENTE: Fundación SPES

Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en la Jornada Mundial del Emigrante

Vaticano, 25 de julio de 1990 – L’Osservatore Romano, 34 (1990), pp. 1-2.

Quisiera reflexionar junto con vosotros con ocasión de la Jornada mundial del Emigrante sobre un problema que está resultando cada vez más preocupante: el peligro a que están expuestos muchos emigrantes, de perder su propia fe cristiana por causa de sectas y de nuevos movimientos religiosos que proliferan sin cesar. Algunos de estos grupos se definen cristianos; otros se inspiran en religiones orientales; y otros hacen referencia a ideologías, por lo común revolucionarias, de nuestro tiempo.

Aunque resulte difícil descubrir una línea de contenidos comunes en todos ellos, sí es posible trazar su tendencia general. En estos movimientos la salvación suele ser considerada, por lo general, como algo exclusivo de un grupo minoritario, guiado por personalidades superiores, que creen tener una relación privilegiada con un Dios cuyos secretos pretenden conocer sólo ellos. También la búsqueda de lo sagrado presenta contornos ambiguos. Para algunos se trata de un valor superior, hacia el que el hombre tiende sin poder jamás alcanzarlo; para otros, en cambio, está situado en el mundo de la magia, y buscan atraerlo a su propia esfera para manipularlo y reducirlo a su propio servicio.

Las sectas y los nuevos movimientos religiosos plantean hoy a la Iglesia un gran desafío pastoral tanto por el malestar espiritual y social en el que hunden sus raíces, como por las instancias religiosas de las que son instrumentos. Esas instancias, sacadas del contexto de la doctrina y de la tradición católica, con frecuencia son llevadas a conclusiones muy lejanas de las originarias.

El difundido milenarismo, por ejemplo, evoca las temáticas de la escatología cristiana y los problemas relativos al destino del hombre; querer dar respuestas de carácter religioso a cuestiones políticas o económicas revela la tendencia a manipular el verdadero sentido de Dios, llegando de hecho a excluir a Dios de la vida de los hombres; el celo casi agresivo con que algunos buscan nuevos adeptos yendo de casa en casa o deteniendo a los transeúntes en las esquinas de las calles, es una falsificación sectaria del celo apostólico y misionero; la atención que se presta al individuo y la importancia que se atribuye a su aportación a la causa y al desarrollo del grupo religioso, además de responder al deseo de valorar la propia vida sintiéndose útiles a la comunidad a la que pertenecen, constituye una expresión desviada del papel activo propio de los creyentes, miembros vivos del Cuerpo de Cristo, llamados a trabajar por la difusión del reino de Dios.

De hecho, la expansión de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos concentra sus esfuerzos en algunos sectores estratégicos: entre estos están las migraciones. Por la situación de desarraigo social y cultural, y por la inestabilidad en que se hallan, suelen ser presas fáciles de métodos insistentes y agresivos. Excluidos de la vida social del país de origen, extraños a la sociedad en que se insertan, obligados a menudo a moverse fuera de un ordenamiento objetivo que defienda sus derechos, los emigrantes pagan la necesidad de ayuda y el deseo de salir de la marginación, en la que están confinados de hecho, con el abandono de su fe.

Es un precio que ningún hombre respetuoso de los derechos humanos debería pedir o aceptar. Al emigrante no sólo se le hiere en su dignidad humana, sino también en su positiva y respetuosa colocación en el ambiente social que lo acoge. Y, desde luego, no dan muestra de honradez y sensibilidad aquellos que, aún teniendo el deber de aliviar en el emigrante el trauma y la desorientación causados por el impacto con un mundo extraño a la propia cultura, se acercan a él en un momento de profundo malestar para engañarlo e instrumentalizarlo.

Los puntos débiles en que se apoyan los nuevos movimientos religiosos son la inestabilidad y la incertidumbre. En ellos basan su estrategia de acercamiento. Se trata de un conjunto de atenciones y de servicios prestados para hacer que el emigrante abandone su fe y se adhiera a una nueva propuesta religiosa. Presentándose como los únicos poseedores de la verdad, afirman la falsedad de la religión que el emigrante profesa y le piden que dé un cambio de ruta brusco e inmediato. Se trata, evidentemente, de una verdadera agresión moral, de la que no es fácil escapar con buenas maneras, pues su ardor e insistencia son agobiantes.

Las enseñanzas de las sectas y nuevos movimientos religiosos, se opone a la doctrina de la Iglesia Católica; por eso, la adhesión a ellos significa renegar de la fe en que habéis sido bautizados y educados. El evangelio, al mismo tiempo que nos exhorta a ser sencillos como palomas, nos invita también a ser prudentes y astutos como serpientes. La misma vigilancia que ponéis cuando están en juego vuestros asuntos materiales, con el fin de no ser víctimas de los engaños de quienes quieren aprovecharse de vosotros, debe guiaros para no caer en la red de las asechanzas de quien atenta contra vuestra fe.

“Mirad que no os engañe nadie -nos advierte el Señor-. Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo ‘yo soy’, y engañarán a muchos… Si alguno os dice: ‘Mirad, el Cristo aquí’. ‘Miradlo allí’, no le creáis. Pues surgirán falsos profetas” (Mc 13, 6. 21-22). Y también nos dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 15-16).

Otros motivos que pueden llevar a acoger las proposiciones de esos nuevos movimientos religiosos son la poca coherencia con que algunos bautizados viven su compromiso cristiano, y también el deseo de una vida religiosa más fervorosa, que se espera experimentar en una determinada secta, cuando la comunidad que se frecuenta está poco comprometida.

Pero se trata de un engaño. Del malestar interior antes mencionado se sale, de hecho, mediante una verdadera conversión, según el evangelio, y no afiliándose irreflexivamente a esa clase de grupos, adoptando ritos religiosos que ocultan con el ruido de las palabras la apatía del corazón. Por eso hace falta una seria renovación espiritual y una coherente adhesión a la voluntad de Dios, al seguimiento de Cristo; es una desviación el limitarse a cumplir algún mandamiento aislado y extravagante, del que hace depender el propio destino de vida o de muerte.

(…) Los aspectos de inestabilidad, en los que se apoyan las sectas y los movimientos religiosos para tender acechanzas a la fe del emigrante, deben constituir para la Iglesia motivos para dar prioridad a la atención y a la asistencia al emigrante. Los servicios, que a menudo suele pagar con la renuncia a su fe, se los debe prestar la Iglesia con solicitud gratuita, alegre de poder prestar un servicio a Cristo mismo.

Así como Jesús es la imagen transparente del amor del Padre, de igual modo la Iglesia debe ser imagen de la ternura del Redentor; por eso, debería ser evidente que la comunidad, a la que llega el emigrante, es una comunidad capaz de acoger y amar. La comunidad de los que creen en Cristo no ha de mostrar nunca el rostro triste de quien se siente estorbado en sus compromisos y proyectos diarios, sino que ha de manifestar el rostro alegre de quien ha descubierto a Cristo, esperado y reconocido en el extranjero (…).

Queridos emigrantes: ‘Manteneos firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes’ (1 Co 16,13). La exhortación del Apóstol Pablo es un eco de las palabras del Señor que nos invita a construir nuestra propia existencia sobre la roca sólida que es él mismo. Jesús, Hijo de Dios, nos asegura la salvación. Sólo quien está firmemente enraizado en él puede dar frutos que resistan al desgaste de todas las modas, incluidas las de las sectas religiosas.

La gratitud hacia el don de Dios, manifestada mediante la respuesta de una vida cristiana coherente, atrae sobre vosotros otros dones de comunión con él y de perseverancia en vuestro fiel compromiso cristiano. ‘El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él’ (Jn 14,21) y ‘a todo el que tiene se le dará y le sobrará’ (Mt 25,29). Cuanto más os adentréis en el camino de la vida cristiana, tanto más os pondréis al abrigo de las acechanzas que atentan contra vuestra fe.

4. El desafío de las sectas en diversos aspectos de la vida de la Iglesia, según Juan Pablo II.

FUENTE: Secretaría RIES

Publicamos ahora, de forma inédita, la recopilación de todas las referencias que hizo Juan Pablo II al fenómeno de las sectas y que no fueron recogidas en el repertorio de José María Baamonde (por la fecha posterior a su elaboración, o por tratarse de otros documentos diferentes a los discursos a obispos). La recopilación la ha hecho Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), empleando los archivos informáticos de la Santa Sede.

Discurso de S.S. Juan Pablo II a la Conferencia Episcopal de Camerún, en su viaje a África (agosto de 1985)

“La evangelización debe profundizarse sobre todo en vuestros bautizados. La formación en la fe –como reconocen muchos adultos, especialmente los intelectuales– con mucha frecuencia se ha mantenido en estado embrionario, y las sectas se aprovechan fácilmente de esta ignorancia. Sin embargo, conozco vuestra preocupación, y felicito las iniciativas que habéis adoptado para tratar de remediarlo: catequesis, manuales de catecismo, encuentros y, sobre todo, el apostolado de la Biblia. Lo que está en juego no es solamente un aumento de las nociones religiosas, siempre necesarias, sino el hecho de impregnar la mentalidad y las costumbres”. [Traducción propia del italiano]

Homilía de S.S. Juan Pablo II en el encuentro con los indígenas de Colombia (julio de 1986)

“La piedad popular debe ser instrumento de evangelización y de liberación cristiana integral; de esa liberación de que están sedientos los pueblos de América Latina, conscientes de que sólo Dios libera plenamente de las esclavitudes y de los signos de muerte presentes en nuestro tiempo (cf. Dominum et Vivificantem, 57).

Pero observamos, por otro lado, que una religiosidad popular mal concebida tiene sus límites y está expuesta a peligros de deformación o desviaciones. En efecto, si esta piedad quedara reducida solamente a meras manifestaciones externas, sin llegar a la profundidad de la fe y a los compromisos de caridad, podría favorecer la entrada de las sectas e incluso llevar a la magia, al fatalismo o a la opresión, con grandes peligros para la misma comunidad eclesial (Evangelii Nuntiandi, 48).

El llamado “catolicismo popular”, la misma piedad popular, son realmente auténticos cuando reflejan la comunión universal de la Iglesia, con manifestaciones de una misma fe, un mismo Señor, un mismo Espíritu, un mismo Dios y Padre.

Os invito, pues, amados hermanos, sobre todo los que os habéis comprometido en las tareas catequísticas y apostólicas, a no cejar en vuestro empeño por evangelizar las masas, tal vez propensas a conformarse con un catolicismo débil o superficial; trabajad por revitalizar los movimientos apostólicos, renovando su espiritualidad, sus actitudes y sus líneas de acción misionera sin fronteras; por enriquecer las prácticas piadosas infundiéndoles auténtico espíritu bíblico y eclesial; por hacer que la liturgia —realizada siempre según las normas de la Iglesia— sea el centro y culmen de la vida comunitaria. […]

Con vuestra fidelidad constante a la fe profesada al recibir el bautismo y los demás sacramentos, con vuestra correspondencia a los dones recibidos, vosotros habéis enriquecido a la Iglesia universal. Sé que os mantenéis firmes en esta fe católica, resistiendo los embates de sectas o ideologías extrañas a vuestra idiosincrasia y a vuestra tradición. Sed siempre fieles a la Iglesia de Cristo, al mandamiento del amor fraterno y a la reconciliación. Esta es la consigna que hoy os da el Papa”.

Palabras de S.S. Juan Pablo II en el Ángelus del 23 de septiembre de 1987

“Dentro del pluralismo étnico de Estados Unidos, se desarrolla desde hace generaciones el pluralismo confesional (religioso). La Iglesia católica constituye aproximadamente el 23 por ciento del conjunto de los americanos (más de cincuenta millones). Junto a ella, el conjunto de la cristiandad en Estados Unidos está constituido por otras numerosas Iglesias y Comunidades cristianas. El diálogo ecuménico y la colaboración son muy vivos (excepto con algunas comunidades extremistas y con las sectas). Una manifestación del Espíritu que vivifica esta colaboración fue el encuentro que tuvo lugar en Columbia y la oración en común durante la cual pronuncié una homilía dedicada a la familia cristiana”.

Audiencia general del 25 de mayo de 1988

“Entre las necesidades de esta Iglesia hay que poner en primer lugar la falta de sacerdotes. Es necesario subrayar, también, la necesidad de un mayor número de personas consagradas en la vida religiosa. Por ello, es urgente el problema de las vocaciones y de la formación de los jóvenes candidatos a los ministerios bajo la guía de maestros y educadores competentes. Problema tanto más urgente dado que la escasez de sacerdotes facilita indirectamente la penetración de las distintas sectas de origen prevalentemente norteamericano.

Existe en la sociedad latinoamericana un notable capital de religiosidad tradicional, un gran amor a Cristo y a su Madre, una viva adhesión a la Iglesia apostólica. Hay que hacer todo lo posible para que este capital no se derroche, sino que, por el contrario, pueda ulteriormente madurar y fructificar. Es indispensable igualmente instaurar una relación adecuada entre evangelización y progreso social, según el espíritu de la Evangelii nuntiandi”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Christifideles laici sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo (diciembre de 1988)

“Enteros países y naciones, en los que en un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes y capaces de dar origen a comunidades de fe viva y operativa, están ahora sometidos a dura prueba e incluso alguna que otra vez son radicalmente transformados por el continuo difundirse del indiferentismo, del secularismo y del ateísmo. Se trata, en concreto, de países y naciones del llamado Primer Mundo, en el que el bienestar económico y el consumismo —si bien entremezclado con espantosas situaciones de pobreza y miseria— inspiran y sostienen una existencia vivida «como si no hubiera Dios».

Ahora bien, el indiferentismo religioso y la total irrelevancia práctica de Dios para resolver los problemas, incluso graves, de la vida, no son menos preocupantes y desoladores que el ateísmo declarado. Y también la fe cristiana —aunque sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y ceremoniales— tiende a ser arrancada de cuajo de los momentos más significativos de la existencia humana, como son los momentos del nacer, del sufrir y del morir. De ahí proviene el afianzarse de interrogantes y de grandes enigmas, que, al quedar sin respuesta, exponen al hombre contemporáneo a inconsolables decepciones, o a la tentación de suprimir la misma vida humana que plantea esos problemas.

En cambio, en otras regiones o naciones todavía se conservan muy vivas las tradiciones de piedad y de religiosidad popular cristiana; pero este patrimonio moral y espiritual corre hoy el riesgo de ser desperdigado bajo el impacto de múltiples procesos, entre los que destacan la secularización y la difusión de las sectas. Sólo una nueva evangelización puede asegurar el crecimiento de una fe límpida y profunda, capaz de hacer de estas tradiciones una fuerza de auténtica libertad.

Ciertamente urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga la cristiana trabazón de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países o naciones”.

Carta apostólica de S.S. Juan Pablo II Los caminos del evangelio a los religiosos y religiosas de América Latina con motivo del V Centenario de la evangelización del Nuevo Mundo (junio de 1990)

“¡La sal no debe perder su sabor! ¡La vida religiosa no puede dejar de ser testimonio vivo del «Reino de los cielos» prometido a los pobres! «Si la sal se desvirtúa —advierte Jesús— ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera» (Mt 5, 13). Puede suceder a veces que el Pueblo de Dios no siempre encuentre el deseado apoyo en las personas consagradas porque quizá no reflejan suficientemente en sus vidas el fuerte sentido de Dios que deberían transmitir.

Tales situaciones pueden ser ocasión de que muchas personas pobres y sencillas, —como por desgracia está ocurriendo— se conviertan en fácil presa de las sectas, en las que buscan un sentido religioso de la vida que quizá no encuentran en quienes se lo tendrían que ofrecer a manos llenas”.

Carta encíclica de S.S. Juan Pablo II Redemptoris missio sobre la permanente validez del mandato misionero (diciembre de 1990)

“Hoy nos encontramos ante una situación religiosa bastante diversificada y cambiante; los pueblos están en movimiento; realidades sociales y religiosas, que tiempo atrás eran claras y definidas, hoy día se transforman en situaciones complejas. Baste pensar en algunos fenómenos, como el urbanismo, las migraciones masivas, el movimiento de prófugos, la descristianización de países de antigua cristiandad, el influjo pujante del Evangelio y de sus valores en naciones de grandísima mayoría no cristiana, el pulular de mesianismos y sectas religiosas. Es un trastocamiento tal de situaciones religiosas y sociales, que resulta difícil aplicar concretamente determinadas distinciones y categorías eclesiales a las que ya estábamos acostumbrados. Antes del Concilio ya se decía de algunas metrópolis o tierras cristianas que se habían convertido en «países de misión»; ciertamente la situación no ha mejorado en los años sucesivos. […]

La actividad ecuménica y el testimonio concorde de Jesucristo, por parte de los cristianos pertenecientes a diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, ha dado ya abundantes frutos. Es cada vez más urgente que ellos colaboren y den testimonio unidos, en este tiempo en el que sectas cristianas y paracristianas siembran confusión con su acción. La expansión de estas sectas constituye una amenaza para la Iglesia católica y para todas las comunidades eclesiales con las que ella mantiene un diálogo. Donde sea posible y según las circunstancias locales, la respuesta de los cristianos deberá ser también ecuménica”.

Palabras de S.S. Juan Pablo II en el Ángelus del 13 de octubre de 1991, en Brasil

“Ayer comenzó el año jubilar de América Latina, importante paso para la celebración del V Centenario de la evangelización de este continente. Las grandes esperanzas que el mundo católico latinoamericano deposita en la reunión de los obispos del año próximo en Santo Domingo atestigua desde ahora el clamor incesante que elevan tantas almas para solicitar una nueva evangelización que influya profundamente en la vida de los fieles y particularmente en su identidad de católicos. Hoy, cuando la vocación cristiana de millones de almas se ve amenazada por el peligro de las sectas, por la violencia de todo tipo —incluida la generada por el tráfico de estupefacientes—, por el consumismo y por las campañas antinatalistas, por no citar otras causas, resulta urgente una reacción vigorosa para volver a los valores morales y culturales de la tradición cristiana de una generación que se prepara para el tercer milenio de la era cristiana”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Pastores dabo vobis sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual (marzo de 1992)

“El deseo de Dios y de una relación viva y significativa con Él se presenta hoy tan intenso, que favorecen, allí donde falta el auténtico e íntegro anuncio del Evangelio de Jesús, la difusión de formas de religiosidad sin Dios y de múltiples sectas. Su expansión, incluso en algunos ambientes tradicionalmente cristianos, es ciertamente para todos los hijos de la Iglesia, y para los sacerdotes en particular, un motivo constante de examen de conciencia sobre la credibilidad de su testimonio del Evangelio, pero es también signo de cuán profunda y difundida está la búsqueda de Dios”.

Palabras de S.S. Juan Pablo II en el Ángelus del 29 de marzo de 1992

“Son numerosos y apremiantes los desafíos que nuestro tiempo presenta a la nueva evangelización: hacen falta más evangelizadores; se han de renovar las estructuras eclesiales; es necesario potenciar la catequesis y profundizar en el conocimiento de la palabra de Dios; urge contrarrestar la expansión y agresividad de las sectas; hay que responder al angustioso clamor de los pobres, de los campesinos de los indios, la vida, desde su concepción en el seno materno hasta su término natural, ha de ser defendida con decisión y valentía”.

Discurso inaugural de S.S. Juan Pablo II en la IV asamblea general del CELAM en Santo Domingo (octubre de 1992)

“A ejemplo del Buen Pastor, habéis de apacentar el rebaño que os ha sido confiado y defenderlo de los lobos rapaces. Causa de división y discordia en vuestras comunidades eclesiales son —lo sabéis bien— las sectas y movimientos «pseudo-espirituales» de que habla el Documento de Puebla (n. 628), cuya expansión y agresividad urge afrontar.

Como muchos de vosotros habéis señalado, el avance de las sectas pone de relieve un vacío pastoral, que tiene frecuentemente su causa en la falta de formación, lo cual mina la identidad cristiana y hace que grandes masas de católicos sin una atención religiosa adecuada —entre otras razones, por falta de sacerdotes—, queden a merced de campañas de proselitismo sectario muy activas. Pero también puede suceder que los fieles no hallen en los agentes de pastoral aquel fuerte sentido de Dios que ellos deberían transmitir en sus vidas. «Tales situaciones pueden ser ocasión de que muchas personas pobres y sencillas, —como por desgracia está ocurriendo— se conviertan en fácil presa de las sectas, en las que buscan un sentido religioso de la vida que quizás no encuentran en quienes se lo tendrían que ofrecer a manos llenas» (Carta Apostólica Los Caminos del Evangelio, 20).

Por otra parte, no se puede infravalorar una cierta estrategia, cuyo objetivo es debilitar los vínculos que unen a los Países de América Latina y minar así las fuerzas que nacen de la unidad. Con este objeto se destinan importantes recursos económicos para subvencionar campañas proselitistas, que tratan de resquebrajar esta unidad católica.

Al preocupante fenómeno de las sectas hay que responder con una acción pastoral que ponga en el centro de todo a la persona, su dimensión comunitaria y su anhelo de una relación personal con Dios, Es un hecho que allí donde la presencia de la Iglesia es dinámica, como es el caso de las parroquias en las que se imparte una asidua formación en la Palabra de Dios, donde existe una liturgia activa y participada, una sólida piedad mariana, una efectiva solidaridad en el campo social, una marcada solicitud pastoral por la familia, los jóvenes y los enfermos, vemos que las sectas o los movimientos para-religiosos no logran instalarse o avanzar.

La arraigada religiosidad popular de vuestros fieles, con sus extraordinarios valores de fe y de piedad, de sacrificio y de solidaridad, convenientemente evangelizada y gozosamente celebrada, orientada en torno a los misterios de Cristo y de la Virgen María, puede ser, por sus raíces eminentemente católicas, un antídoto contra las sectas y una garantía de fidelidad al mensaje de la salvación”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II, a la Conferencia Episcopal Guatemalteca en su visita ad limina (marzo de 1994)

“Motivo de particular preocupación, en vuestra solicitud de Pastores, es el avance de las sectas, que siembran confusión entre los fieles y deforman el contenido del mensaje evangélico. Es cierto que las persistentes campañas proselitistas de movimientos y grupos “pseudo-espirituales” –como los define el documento de Puebla (Puebla, 628)– buscan, ante todo, resquebrajar la unidad católica de vuestro pueblo.

Como señalé en el Discurso inaugural de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, “al preocupante fenómeno de las sectas hay que responder con una acción pastoral que ponga en el centro de todo a la persona, su dimensión comunitaria y su anhelo de una relación personal con Dios. Es un hecho que allí donde la presencia de la Iglesia es dinámica, como es el caso de las parroquias en las que se imparte una asidua formación en la Palabra de Dios, donde existe una liturgia activa y participada, una sólida piedad mariana, una efectiva solidaridad en el campo social, una marcada solicitud pastoral por la familia, los jóvenes y los enfermos, vemos que las sectas o los movimientos para-religiosos no logran instalarse o avanzar (Discurso inaugural de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, n. 12, Santo Domingo, 12 de octubre de 1992)”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II a los participantes en el IV Congreso Internacional de la Pastoral para los Gitanos (junio de 1995)

“La Iglesia, sensible y atenta al mundo de los gitanos, recuerda que la vocación a la santidad es universal. El testimonio de Ceferino Giménez Malla, gitano y cristiano heroico hasta el punto de que dio su vida, constituye un magnífico ejemplo. En nuestros tiempos el pueblo gitano atraviesa un período de fuerte readaptación de sus tradiciones y por eso debe ahora afrontar el peligro de un resquebrajamiento de su vida comunitaria. Es importante que la fe cristiana se vuelva a presentar con vigor y firmeza. Hace falta una nueva evangelización dirigida a cada uno de sus miembros como a una porción amada del pueblo de Dios peregrinante, para ayudarle a superar la doble tentación de encerrarse en sí mismo, buscando refugio en las sectas, o perder su patrimonio religioso en un materialismo que ahoga toda referencia a lo divino”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Ecclesia in Africa sobre la Iglesia en África y su misión evangelizadora hacia el año 2000 (septiembre de 1995)

“La Iglesia en África, para ser evangelizadora, debe comenzar «por evangelizarse a sí misma… Tiene necesidad de escuchar sin cesar lo que debe creer, las razones para esperar, el mandamiento nuevo del amor. Pueblo de Dios inmerso en el mundo y, con frecuencia, tentado por los ídolos, necesita saber proclamar las grandezas de Dios».

Hoy en África «la formación de la fe… ha quedado muy frecuentemente en el estadio elemental, y las sectas obtienen fácilmente ventajas de esta ignorancia» (Discurso a la Conferencia episcopal de Camerún, 1985). Por esto es urgente una seria profundización de la fe, porque la rápida evolución de la sociedad ha hecho surgir nuevos desafíos, vinculados en particular a los fenómenos de desarraigo familiar, urbanización, desocupación, así como a las múltiples seducciones materialistas, a una cierta secularización y a una especie de trauma intelectual que provoca la avalancha de ideas insuficientemente cribadas, difundidas por los medios de comunicación social”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Vita consecrata sobre la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo (marzo de 1996)

“Los que abrazan la vida consagrada, hombres y mujeres, son por la naturaleza misma de su opción interlocutores privilegiados de aquella búsqueda de Dios, cuya presencia aletea siempre en el corazón humano, llevándolo a múltiples formas de ascesis y de espiritualidad. Esta búsqueda aparece hoy con insistencia en muchas regiones, precisamente como respuesta a culturas que tienden, si no a negar del todo, sí a marginar la dimensión religiosa de la existencia. Las personas consagradas, viviendo con coherencia y en plenitud los compromisos libremente asumidos, pueden ofrecer una respuesta a los anhelos de sus contemporáneos, rescatándolos de soluciones que son generalmente ilusorias y que niegan frecuentemente la encarnación salvífica de Cristo (cf. 1 Jn 4, 2-3), como son, por ejemplo, las propuestas por las sectas.

Practicando una ascesis personal y comunitaria que purifica y transforma toda la existencia, las personas consagradas, contra la tentación del egocentrismo y la sensualidad, dan testimonio de las características que revisten la auténtica búsqueda de Dios, advirtiendo del peligro de confundirla con la búsqueda sutil de sí mismas o con la fuga en la gnosis. Toda persona consagrada está comprometida a cultivar el hombre interior, que no es ajeno a la historia ni se encierra en sí mismo. Viviendo en la escucha obediente de la Palabra, de la cual la Iglesia es depositaria e intérprete, encuentra en Cristo sumamente amado y en el Misterio trinitario el objeto del anhelo profundo del corazón humano y la meta de todo itinerario religioso sinceramente abierto a la trascendencia. Por eso las personas consagradas tienen el deber de ofrecer con generosidad acogida y acompañamiento espiritual a todos aquellos que se dirigen a ellas, movidos por la sed de Dios y deseosos de vivir las exigencias de su fe”.

Mensaje de S.S. Juan Pablo II a los jóvenes cubanos (enero de 1998)

“¿Qué puedo decirles yo a Ustedes, jóvenes cubanos, que viven en condiciones materiales con frecuencia difíciles, en ocasiones frustrados en sus propios y legítimos proyectos y, por ello, a veces privados incluso de algún modo de la misma esperanza? Guiados por el Espíritu, combatan con la fuerza de Cristo Resucitado para no caer en la tentación de las diversas formas de fuga del mundo y de la sociedad; para no sucumbir ante la ausencia de ilusión, que conduce a la autodestrucción de la propia personalidad mediante el alcoholismo, la droga, los abusos sexuales y la prostitución, la búsqueda continua de nuevas sensaciones y el refugio en sectas, cultos espiritualistas alienantes o grupos totalmente extraños a la cultura y a la tradición de su Patria”.

Homilía de S.S. Juan Pablo II en Siedlce (Polonia, junio de 1999)

“Hoy, más que nunca, hace falta un auténtico testimonio de fe, que se manifieste en la vida de los discípulos laicos de Cristo: mujeres y hombres, jóvenes y ancianos. Hace falta un decidido testimonio de fidelidad a la Iglesia y de responsabilidad frente a la Iglesia, que desde hace veinte siglos lleva a todo pueblo y a toda nación la salvación, anunciando la inmutable doctrina del Evangelio. La humanidad se encuentra ante dificultades de varias clases, ante problemas y transformaciones muy fuertes; muchas veces experimenta dramáticos sobresaltos y laceraciones. En ese mundo, muchos, especialmente jóvenes, quedan desconcertados y heridos. Algunos caen víctimas de las sectas y de deformaciones religiosas, o de manipulaciones de la verdad. Otros sucumben a diversas formas de esclavitud. Se difunden actitudes de egoísmo, injusticia e insensibilidad ante las necesidades ajenas”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Ecclesia in America sobre el encuentro con Jesucristo vivo, camino para la conversión, la comunión y la solidaridad en América (noviembre de 1999)

“Si bien el Concilio Vaticano II se refiere a todos los bautizados y creyentes en Cristo «como hermanos en el Señor», es necesario distinguir con claridad las comunidades cristianas, con las cuales es posible establecer relaciones inspiradas en el espíritu del ecumenismo, de las sectas, cultos y otros movimientos pseudoreligiosos. […]

La acción proselitista, que las sectas y nuevos grupos religiosos desarrollan en no pocas partes de América, es un grave obstáculo para el esfuerzo evangelizador. La palabra «proselitismo» tiene un sentido negativo cuando refleja un modo de ganar adeptos no respetuoso de la libertad de aquellos a quienes se dirige una determinada propaganda religiosa. La Iglesia católica en América censura el proselitismo de las sectas y, por esta misma razón, en su acción evangelizadora excluye el recurso a semejantes métodos. Al proponer el Evangelio de Cristo en toda su integridad, la actividad evangelizadora ha de respetar el santuario de la conciencia de cada individuo, en el que se desarrolla el diálogo decisivo, absolutamente personal, entre la gracia y la libertad del hombre.

Ello ha de tenerse en cuenta especialmente respecto a los hermanos cristianos de Iglesias y Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica, establecidas desde hace mucho tiempo en determinadas regiones. Los lazos de verdadera comunión, aunque imperfecta, que, según la doctrina del Concilio Vaticano II, tienen esas comunidades con la Iglesia católica, deben iluminar las actitudes de ésta y de todos sus miembros respecto a aquéllas. Sin embargo, estas actitudes no han de poner en duda la firme convicción de que sólo en la Iglesia católica se encuentra la plenitud de los medios de salvación establecidos por Jesucristo.

Los avances proselitistas de las sectas y de los nuevos grupos religiosos en América no pueden contemplarse con indiferencia. Exigen de la Iglesia en este Continente un profundo estudio, que se ha de realizar en cada nación y también a nivel internacional, para descubrir los motivos por los que no pocos católicos abandonan la Iglesia. A la luz de sus conclusiones será oportuno hacer una revisión de los métodos pastorales empleados, de modo que cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una atención religiosa más personalizada, consolide las estructuras de comunión y misión, y use las posibilidades evangelizadoras que ofrece una religiosidad popular purificada, a fin de hacer más viva la fe de todos los católicos en Jesucristo, por la oración y la meditación de la palabra de Dios.

A nadie se le oculta la urgencia de una acción evangelizadora apropiada en relación con aquellos sectores del Pueblo de Dios que están más expuestos al proselitismo de las sectas, como son los emigrantes, los barrios periféricos de las ciudades o las aldeas campesinas carentes de una presencia sistemática del sacerdote y, por tanto, caracterizadas por una ignorancia religiosa difusa, así como las familias de la gente sencilla afectadas por dificultades materiales de diverso tipo. También desde este punto de vista se demuestran sumamente útiles las comunidades de base, los movimientos, los grupos de familias y otras formas asociativas, en las cuales resulta más fácil cultivar las relaciones interpersonales de mutuo apoyo, tanto espiritual como económico.

Por otra parte, como señalaron algunos Padres sinodales, hay que preguntarse si una pastoral orientada de modo casi exclusivo a las necesidades materiales de los destinatarios no haya terminado por defraudar el hambre de Dios que tienen esos pueblos, dejándolos así en una situación vulnerable ante cualquier oferta supuestamente espiritual. Por eso, «es indispensable que todos tengan contacto con Cristo mediante el anuncio kerigmático gozoso y transformante, especialmente mediante la predicación en la liturgia». Una Iglesia que viva intensamente la dimensión espiritual y contemplativa, y que se entregue generosamente al servicio de la caridad, será de manera cada vez más elocuente testigo creíble de Dios para los hombres y mujeres en su búsqueda de un sentido para la propia vida. Para ello es necesario que los fieles pasen de una fe rutinaria, quizás mantenida sólo por el ambiente, a una fe consciente vivida personalmente. La renovación en la fe será siempre el mejor camino para conducir a todos a la Verdad que es Cristo.

Para que la respuesta al desafío de las sectas sea eficaz, se requiere una adecuada coordinación de las iniciativas a nivel supradiocesano, con el objeto de realizar una cooperación mediante proyectos comunes que puedan dar mayores frutos”.

Discurso de S.S. Juan Pablo II a varias peregrinaciones jubilares (diciembre de 2000)

“El jubileo está a punto de terminar. Es importante que en esta etapa final del itinerario jubilar todo creyente ponga un empeño más intenso en la purificación y el fortalecimiento de su fe frente a los peligros y las insidias que pueden amenazarla en nuestro tiempo. Y, entre las insidias, ¿acaso no figuran también esas formas aberrantes del sentimiento religioso, que se aprovechan de las necesidades y de las aspiraciones más profundas del alma humana, proponiendo perspectivas ilusorias y falaces de satisfacción? Por desgracia, numerosas familias se ven afectadas por este triste problema, a causa de la implicación de alguno de sus miembros, en particular de los hijos, a menudo más débiles y más expuestos a esos peligros.

Desde hace tiempo la Iglesia sigue con preocupación esas problemáticas, que tocan el corazón de la vida de los cristianos. La difusión de las “sectas” debe constituir para los creyentes un estímulo a profundizar sus convicciones de fe. Sólo con un testimonio más fuerte de los valores cristianos y una intensa renovación del compromiso pastoral se puede responder adecuadamente a ese desafío. Sólo una fe profunda y vivida con coherencia constituye un antídoto eficaz contra esas desviaciones tan peligrosas del sentimiento y de la práctica religiosa”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Ecclesia in Oceania sobre Jesucristo y los pueblos de Oceanía: andar su camino, decir su verdad, vivir su vida (noviembre de 2001)

“El ecumenismo debe distinguirse del acercamiento de la Iglesia a grupos y movimientos religiosos fundamentalistas, algunos de los cuales son cristianos en su inspiración. En algunas zonas de misión los obispos están preocupados por el efecto que esos grupos religiosos o sectas están teniendo en la comunidad católica. Algunos grupos basan sus ideas en una lectura de la Escritura, a menudo empleando imágenes apocalípticas, amenazas de un futuro oscuro para el mundo y promesas de recompensas económicas a sus seguidores.

Mientras algunos de estos grupos son abiertamente hostiles a la Iglesia, otros desean entablar un diálogo. En sociedades más desarrolladas y secularizadas, crece la preocupación por los grupos cristianos fundamentalistas que arrastran a los jóvenes alejándolos de la Iglesia e incluso de sus familias. Muchos movimientos diversos ofrecen alguna forma de espiritualidad como supuesto remedio para los efectos dañinos de una cultura tecnológica alienante en la que la gente a menudo se siente impotente.

La presencia y actividad de estos grupos y movimientos son un desafío a la Iglesia para revitalizar su pastoral con los alejados, y en particular para ser más acogedora con los jóvenes y aquellas personas con graves necesidades espirituales o materiales. Es también una situación que reclama una mejor catequesis bíblica y sacramental, y una formación litúrgica y espiritual apropiada. Además es necesaria una nueva apologética siguiendo las palabras de San Pedro: “estad preparados para dar razones de vuestra esperanza (1 Pe 3,15). De este modo, los creyentes confiarán más en su fe católica y serán menos susceptibles al encanto de estos grupos y movimientos, que con frecuencia dan todo lo contrario a lo que prometen”. [Traducción propia del inglés]

Discurso de S.S. Juan Pablo II, al undécimo grupo de obispos brasileños en su visita ad limina (enero de 2003)

“El fenómeno de las sectas, que también en vuestras tierras se está difundiendo con incidencia intermitente de zona a zona y con señales acentuadas de proselitismo entre las personas más débiles social y culturalmente, ¿no es un signo concreto de una insatisfecha aspiración a lo sobrenatural? ¿No constituye para vosotros, pastores, un auténtico desafío a renovar el estilo de acogida dentro de las comunidades eclesiales y un estímulo apremiante a una nueva y valiente evangelización, que desarrolle formas adecuadas de catequesis, sobre todo para los adultos?

Sabéis bien que, en la base de esta difusión, hay también muchas veces una gran falta de formación religiosa con la consiguiente indecisión acerca de la necesidad de la fe en Cristo y de la adhesión a la Iglesia instituida por él. Se tiende a presentar las religiones y las varias experiencias espirituales como niveladas en un mínimo común denominador, que las haría prácticamente equivalentes, con el resultado de que toda persona sería libre de recorrer indiferentemente uno de los muchos caminos propuestos para alcanzar la salvación deseada. Si a esto se suma el proselitismo audaz, que caracteriza a algún grupo particularmente activo e invasor de estas sectas, se comprende de inmediato cuán urgente es hoy sostener la fe de los cristianos, dándoles la posibilidad de una formación religiosa permanente, para profundizar cada vez mejor su relación personal con Cristo.

Debéis esforzaros principalmente por prevenir ese peligro, consolidando en los fieles la práctica de la vida cristiana y favoreciendo el crecimiento del espíritu de auténtica fraternidad en el seno de cada una de las comunidades eclesiales. […]

La celebración del V centenario de la evangelización de Brasil proporcionó también la ocasión para renovar el compromiso en favor de la evangelización de las comunidades indígenas del país. El Evangelio debe seguir penetrando en la cultura indígena, y hacer posible su expresión en la vida comunitaria, en la fe y en la liturgia. Aprovecho la ocasión para reafirmar aquí que una Iglesia viva y unida en torno a sus pastores será la mejor defensa para afrontar la obra disgregadora que ciertas sectas están realizando en  medio  de vuestros fieles, sembrando entre ellos la confusión y desvirtuando el contenido del mensaje cristiano”.

Exhortación apostólica postsinodal de S.S. Juan Pablo II Ecclesia in Europa sobre Jesucristo vivo en su Iglesia y fuente de esperanza para Europa (junio de 2003)

“Al mismo tiempo, mientras expreso junto con los Padres sinodales mi gran estima por la presencia y la acción de muchas asociaciones y organizaciones apostólicas y, en particular, de la Acción Católica, deseo hacer notar la contribución específica que, en comunión con las otras realidades eclesiales y nunca de manera aislada, pueden ofrecer los nuevos movimientos y las nuevas comunidades eclesiales. En efecto, éstos últimos «ayudan a los cristianos a vivir más radicalmente según el Evangelio; son cuna de diversas vocaciones y generan nuevas formas de consagración; promueven sobre todo la vocación de los laicos y la llevan a manifestarse en los diversos ámbitos de la vida; favorecen la santidad del pueblo; pueden ser anuncio y exhortación para quienes, de otra manera, no se encontrarían con la Iglesia; con frecuencia apoyan el camino ecuménico y abren cauces para el diálogo interreligioso; son un antídoto contra la difusión de las sectas; son una gran ayuda para difundir vivacidad y alegría en la Iglesia» (Propositio 21). […]

Junto con muchos ejemplos de fe genuina, hay también en Europa una religiosidad vaga y, a veces, desencaminada. Sus manifestaciones son frecuentemente genéricas y superficiales, en ocasiones incluso contrastantes en las personas mismas de las que proceden. Hay fenómenos claros de fuga hacia el espiritualismo, el sincretismo religioso y esotérico, una búsqueda de acontecimientos extraordinarios a todo coste, hasta llegar a opciones descarriadas, como la adhesión a sectas peligrosas o a experiencias pseudoreligiosas.

El deseo difuso de alimento espiritual ha de ser acogido con comprensión y purificado. Al hombre que se percata, aunque sea confusamente, de no poder vivir sólo de pan, la Iglesia ha de presentarle de modo convincente la respuesta de Jesús al tentador: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4, 4)”.

Homilía de S.S. Juan Pablo II en la Misa con tres parroquias romanas (marzo de 2004)

“La zona de Palmarola, relativamente menos grande que otros sectores de la diócesis, cuenta con tres parroquias. Deseo de corazón que, también gracias a nuestro encuentro, se refuerce en todos los feligreses el anhelo de la comunión, para que resulte más eficaz el anuncio del Evangelio a los habitantes del barrio. También en la zona donde vivís se ha difundido, por desgracia, el fenómeno de las «sectas» modernas, que intentan aprovecharse especialmente de quienes se encuentran en situaciones de dificultad y soledad. En este contexto, es necesario llevar a cabo una labor de nueva evangelización fuerte y valiente. Es preciso que Jesús, centro del cosmos y de la historia, se encuentre con todo ser humano, porque en el misterio de la Redención «el problema del hombre está inscrito con una fuerza especial de verdad y de amor» (Redemptor hominis, 18)”.

Mensaje de S.S. Juan Pablo II en el Centenario de la Coronación de la Virgen Aparecida (julio de 2004)

Ayudad, pues, a los fieles a vivir su devoción mariana como un claro y valiente testimonio de amor a Cristo, que manifieste la identidad personal y comunitaria de los católicos, contra el peligro del secularismo y del consumismo, y al mismo tiempo favorezca en las familias la práctica de las virtudes cristianas. De igual modo, esta devoción ayudará a consolidar los vínculos de comunión con los pastores de la Iglesia de Cristo, afrontando la disgregación de la fe, fomentada tantas veces por el proselitismo de las sectas. La historia enseña que María es la verdadera salvaguardia de la fe; en toda crisis, la Iglesia se reúne en torno a ella. Sólo así los discípulos del Señor podrán ser para los demás sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5, 13-14).

Fuente: http://www.apostolesdelapalabra.org/juan-pablo-ii-y-las-sectas/

P. Flaviano Amatulli Valente: El papel de la Palabra de Dios

El papel de la Palabra de Dios

jul 09, 2011 con Comentarios 3

Un papel fundamental. Sin embargo, en la práctica no es así. ¿Por qué? ¿Falta de costumbre? ¿Resabio de antiguas querellas? ¿Miedo al cambio? En concreto, ¿qué nos está pasando?

Por el P. Flaviano Amatulli Valente, fmap

Una asignatura pendiente

Sin duda, el reclamo de Lutero a favor de la primacía de la Palabra de Dios en orden a todo el quehacer eclesial, tenía su razón de ser. Lástima que factores extraños intervinieron de forma tal que se llegó a la ruptura, con las consecuencias que todosconocemos.

Pero ya pasaron muchos años desde aquellos acontecimientos tan lamentables. Por lo tanto, ya es tiempo de superar esta situación, empezando a ver las cosas con serenidad y sin apasionamiento. Pues bien, en esta perspectiva, ¿qué estamos esperando para

poner la Biblia en el lugar que le corresponde en la vida de la Iglesia y de todo creyente?

Hoy en día, ¿qué sentido tiene la disyuntiva “Biblia o catecismo”, “la Biblia para los protestantes y el catecismo para los católicos”?

Ecumenismo y proselitismo religioso

Dos actitudes diferentes ante el problema de la división entre los discípulos de Cristo: el ecumenismo tratando de curar la herida y el proselitismo religioso luchando para profundizarla más, creando cada día más divisiones.

De todos modos, en los dos casos, una cosa es cierta: sin Biblia, el católico se siente perdido y no puede ni dialogar con los primeros ni defenderse de los segundos. Entonces me pregunto: ¿Qué estamos esperando para que se haga de la Biblia el libro de todo católico, para sacarlo del estado de postración en que se encuentra actualmente ante la altanería de la competencia y al mismo tiempo para ayudarlo a crecer en su autoestima?

Vivencia de la fe

Lo mismo vale con relación a la vivencia de la fe en toda su riqueza. Es natural que, faltando el apoyo de la Revelación pública, se recurra a las revelaciones privadas, con todos los riesgos que conllevan. Faltando el camino real, por todos lados surgen veredas y vereditas, puesto que de por sí el hombre a solas no se siente seguro en su caminar hacia Dios y por lo tanto anhela con ansia una palabra que venga de lo alto.

Religiosidad popular, devociones populares… En el fondo, ¿de qué se trata? De eufemismos para disfrazar un vacío en la vivencia de la fe de parte de nuestras masas católicas y al mismo tiempo de un invento para descargar sobre ellas mismas toda responsabilidad, pensando: “Así es nuestro pueblo. ¿Qué le podemos hacer?”

Me pregunto: ¿Acaso no llegó el momento de cerrar capítulo y empezar a escribir uno nuevo, en que todo se haga a la luz de la Palabra de Dios? ¿Qué es eso de lavarse las manos, echándole la culpa a la ignorancia del pueblo? ¿Quién tiene la responsabilidad de educarlo en la fe? ¿Acaso no dijo Jesús: “Vayan por todo el mundo y prediquen mi Evangelio a toda creatura” (Mc 16, 15), empezando por las ovejas descarriadas (Mt 10, 6) del mismo Pueblo de Dios?

Biblia para todos, Biblia para todo

Se oye decir: “El católico de por sí es flojo. Aunque se le ofrezcan distintas oportunidades para acercarse a la Biblia, no acepta y prefiere el camino más fácil de sus santitos”. Falso. Todo depende de cómo se le presenta la Palabra de Dios. Si se le presenta como una añadidura a lo que de por sí es la vida cristiana, claro que no le interesa. Pero, ¿qué tal si, dentro de la Iglesia, se cambia radicalmente el sistema de transmisión de la fe, haciéndolo totalmente apegado a la Biblia (Biblia en la catequesis presacramental, Biblia en la religiosidad popular y Biblia en la liturgia)? Claro que le va a interesar a la gente y le va a gustar.

Ciertamente contra la opinión de los expertos: que es anti litúrgico, que no hay que interferir en la religiosidad popular, que los niños y el pueblo en general no pueden entender la Biblia correctamente, etc. Puros pretextos. Lo que pasa es que no se quiere el cambio. ¿Por qué? Quién sabe.

¡Qué bueno que al mismo tiempo no faltan signos esperanzadores! De hecho no faltan expertos y pastores, decididos al cambio y poco a poco la Palabra de Dios está entrando en todo el tejido eclesial. Gracias sean dadas a Dios, por permitirnos saborear desde ahora algo de lo que será la Iglesia del futuro, una Iglesia totalmente permeada por la Palabra de Dios, como en los primeros siglos de la Iglesia.

¿Y los documentos de la Iglesia?

Al servicio de la Palabra de Dios. De hecho, empezando por el catecismo, nos dan el sentido, no el sabor ni la fuerza de la Palabra de Dios. Por eso, nunca podrán sustituirla; hacerla comprender más, eso sí; pero nunca ponerse en su lugar.

Como se ve, una grande tarea nos espera a todos, en un esfuerzo constante por poner al día a la Iglesia para que esté en grado de vivir la fe con más intensidad y pureza y al mismo tiempo esté mejor equipada para transmitirla con eficacia.

Fuente: http://www.apostolesdelapalabra.org/el-papel-de-la-palabra-de-dios-3/

SEIS MITOS de los testigos de Jehová (2): NO EXISTE EL INFIERNO

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Segundo mito: No existe el infierno.

Otras formulaciones del mito: “El así llamado infierno es la sepultura común de la humanidad” y “Dios no castiga a las personas en el infierno”

Origen del mito: Los Testigos de Jehová afirman que la enseñanza católica sobre el infierno procede del pensamiento platónico, no de la Biblia.

¿Qué dice la Biblia? La Sagrada Escritura habla de un castigo definitivo y eterno para los que obran mal sin arrepentirse.

Empecemos por hacer una distinción importante: “los infiernos” y “el Infierno”.

a) Los infiernos. Se refieren al Šeol, considerado como la morada de los muertos. Es lo que los testigos de Jehová llaman “la sepultura común de la humanidad”. En realidad, los antiguos pensaban que había un lugar subterráneo donde “vivían” los muertos: el Šeol para los hebreos, el Hades para los griegos, el Mictlán para los indígenas mesoamericanos. Se refiere a la muerte física y se le denomina también Lugar de los muertos.

El mar devolvió los muertos que guardaba, y también la Muerte y el Lugar de los muertos devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras (Ap 20, 13).

Es el sentido que tiene en el Credo denominado Símbolo de los Apóstoles la afirmación que señala que Jesús “descendió a los infiernos”, que precisamente quiere indicar que nuestro Señor murió realmente, en oposición a la herejía de los docetas, que negaban la verdadera encarnación del Señor Jesús y, por lo tanto, su muerte y resurrección.

b) El Infierno. Este término indica un castigo eterno, anunciado ya desde el Antiguo Testamento

El gusano que los devora no morirá, y el fuego que los quema no se apagará (Is 66, 24b).

Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno (Dn 12, 2).

Por lo demás, Nuevo Testamento presenta la existencia de este castigo eterno de forma bastante clara:

No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno (Mt 10,28b).

El texto más significativo, sin duda alguna, es el largo discurso de Jesús sobre el Juicio Final (Mt 25, 31-46).

Dirá después a los que estén a la izquierda: « ¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego

eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! (…) El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.» Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.» (Mt 25, 41.45-46).

Por lo demás, conviene subrayar que la Sagrada Escritura utiliza varias expresiones para referirse a este castigo eterno: Infierno (Mt 10, 28b; Mc 9, 45); horno de fuego y horno ardiente (Mt 13, 50); fuego eterno (Mt 18, 8b; Mt 25, 41); infierno de fuego (Mt 18, 9b); castigo eterno o perpetuo (Mt 25, 46); gusano que no muere y fuego que no se apaga (Is 66, 24; Mc 9, 48); fuego inextinguible (Mc 9, 43); muerte segunda (Ap 20, 14; Ap 21, 8); lago o foso de fuego y azufre (Ap 20, 10); condena perpetua (2Tes 1, 9), etc.

Implica no estar inscrito en el libro de la vida (Ap 20, 15), no ingresar en la Jerusalén celestial, la Ciudad santa, ni tener acceso al Árbol de la vida (Ap 22, 14-15) y vivir lejos de la presencia del Señor y de su poderosa gloria (2Tes 1, 9). Este castigo es consecuencia de las acciones y omisiones de cada uno de nosotros (Mt 25, 41-46), que implica cerrarse al amor a Dios y al prójimo.

Así, pues, la existencia de un castigo definitivo y eterno no es un mito. Es una verdad presente en la Biblia.

Verdad: Existe un castigo definitivo y eterno, al que la Iglesia denomina Infierno.

Fuente: http://www.apostolesdelapalabra.org/seis-mitos-de-los-testigos-de-jehova-2/

Benedicto XVI reza por las víctimas de los piratas del mar

Benedicto XVI reza por las víctimas de los piratas del mar

De: vaticanes  | 10/07/2011  | 2908 reproducciones

Queridos hermanos y hermanas, hoy se celebra "el domingo del mar", es decir, la Jornada del apostolado del ambiente marítimo. Me dirijo particularmente a los capellanes y a los voluntarios que se dedican a la cura pastoral de los marítimos, a los pescadores y a sus familias. Aseguro mi oración también para la gente de mar que lamentablemente ha sido secuestrada por actos de piratería. Espero que sean tratados con respeto y humanidad, y rezo también por sus familiares, para que sean fuertes en la fe y no pierdan la esperanza de reunirse pronto con sus seres queridos.

viernes, 29 de julio de 2011

BENEDICTO XVI: Ayuda del mundo por las víctimas de la sequía en África

Ayuda del mundo por las víctimas de la sequía en África

De: vaticanes  | 18/07/2011  | 369 reproducciones

Benedicto XVI sigue con profunda preocupación las noticias procedentes de la región del Cuerno de África y en particular de Somalia, golpeada por una gravísima sequía y después, en algunas zonas, perjudicada por las fuertes lluvias que están causando una catástrofe humana. "Innumerables son las personas que están huyendo por la tremenda carestía en busca de alimentos y ayuda, dijo el Papa. Espero que crezca la movilización internacional para que se envíe cuanto antes socorro a estos, nuestros hermanos y hermanas tan duramente probados y entre ellos, tantos niños. Que no falte a estas poblaciones sufrientes nuestra solidaridad y la ayuda concreta de todas las personas de buena voluntad".

martes, 19 de julio de 2011

EL ABORTO Y LA OBRA DEL DIABLO

 

Deshacer la obra del Diablo

Afirmar que sólo Cristo en y a través de su Iglesia puede, en última instancia, acabar con el aborto no es una vanalidad piadosa, ni tampoco es una forma elegante de decir “Jesús, ayúdanos a pelear contra el aborto.” Tampoco es una manera elitista de excluir de la causa de la vida a quienes tienen diferentes creencias religiosas.

Es, en cambio, una manera de decir algo sobre la naturaleza misma de Cristo y su Iglesia y sobre las razones por las cuales el aborto y la anticoncepción, que son frutos del mismo árbol, continúan.

Hay muchas maneras de expresar el propósito de la misión de Cristo en el mundo. San Juan en su primera carta la resume diciendo: “Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo” (1 Juan 3:8). ¿Cuáles son las “obras del diablo” que Cristo destruye? El mismo Cristo nos dice que el diablo es “homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla la mentira, de lo suyo habla, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44). En una misma oración Nuestro Señor llama al diablo mentiroso y asesino. La mentira y el asesinato van siempre juntos.

La única forma en que el aborto puede continuar a esta escala horrible es recubierto de mentiras, endulzado con negaciones y distorsiones de la verdad. Entre las mentiras que han mantenido al aborto se encuentra la idea que el niño por nacer no es en realidad un bebé, que el aborto es bueno para las mujeres y que se puede negar la protección a los no nacidos pero conservarla para nosotros mismos.

Cristo ha venido a destruir las obras del diablo. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6). El es el Camino a la salvación precisamente porque El es la Verdad que destruye las mentiras del diablo, y porque es la Vida, que deshace la obra de muerte del diablo.

Cuando tomamos una postura pro-vida, luchamos contra el diablo, quiérase o no. Aunque su reino ha sido derrotado y su poder es limitado todavía “como un león rugiente, ronda buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). El diablo tratará de desalentarnos y distraernos. Su estrategia favorita con la gente buena no es tentarlos para que hagan cosas malas, sino tentarlos a hacer cosas buenas, que aunque son buenas, nos distraen de las cosas necesarias.

Cuando luchamos contra el diablo, no debemos nunca enfrentarlo directamente. Eso hay que dejárselo a Jesús. Hay que rezar para que el Señor rechace al diablo. Hay que estar inmerso en la Palabra de Dios, porque es “la espada del Espíritu” (Ef. 6:17)

Hay que estar cerca de la Madre de Dios. Porque ella ha dado a luz a Cristo y no hay nadie aparte de Cristo que el diablo odie más. Precisamente por su íntima unión con Jesús, tenemos que estar cerca de ella, especialmente a través del rosario. Hay que refugiarse en los sacramentos especialmente la Penitencia y la Eucaristía, porque allí encontramos al único Salvador, Jesucristo.

P. Frank Pavone

Director Nacional, Sacerdotes Por la Vida

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Fuente: http://networkedblogs.com/kC6uk

miércoles, 13 de julio de 2011

LA VERDAD SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD. LO QUE LA COMUNIDAD GAY NO DICE.

Homosexualismo

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El homosexualismo u homosexualidad (del griego, homo "igual", y del latín, sexualidad "calidad de sexual": "calidad de homosexual"), es un trastorno psicológico del desarrollo de la identidad sexual caracterizado por el conjunto de comportamientos y prácticas basadas en la atracción erótica hacia individuos del mismo sexo. Por ser un trastorno psico-sexual, algunos la consideran una perversión sexual, más propiamente una parafilia, socialmente inmoral y antinatural.

El bisexualismo o bisexualidad es la atracción erótica hacia ambos sexos, y por lo tanto implica una condición homosexual, en mayor o menor grado, dependiendo del individuo.

La desclasificación oficial de la homosexualidad como trastorno en los manuales de salud, fue resultado exclusivo de la presión política de los grupos activistas gay, y no como resultado de la investigación científica.[1]

En los últimos años la influencia de los homosexuales en la política y en la cultura ha aumentado. Luchan constantemente, por medio de grupos de presión, promoviendo la homosexualidad para que sea reconocida en la sociedad como una "opción aceptable y respetable", y como "una variante normal de la sexualidad humana". El movimiento político gay ha influido de forma determinante en la opinión pública, logrando la mayoría de sus objetivos tales como redefinir el concepto legal del matrimonio, la adopción legal de niños y la legalización de la pederastia.

 

Contenido

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Estudio académico de la homosexualidad

Terminología

El término homosexual fue acuñado en 1869 por el escritor austriaco Karl-Maria Kertbenyen y popularizado más tarde por el psiquiatra Richard Freiherr von Krafft-Ebing en Psychopathia Sexualis de 1886.

Estadísticas

La mayoría de los estudios concluyen que los homosexuales representan entre un 2% y 3% de la población total[2].

Estados Unidos

  • El National Health and Social Survey de Estados Unidos concluyó que sólo el 2,8 de los hombres y el 1,4 de las mujeres creen ser homosexuales o bisexuales; esto es, del orden del 2% de la población total adulta incluyendo los bisexuales.
  • Una base muy rigurosa es la encuesta del CDC de Atlanta llevada a cabo por la Oficina del Censo de los EE.UU. para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el Control de Enfermedades, en base a 10 mil entrevistas trimestrales. La pregunta utilizada en este caso es si ha tenido relación con algún hombre al menos desde 1977. El resultado se sitúa en menos del 3% como norma[2].
  • Encuesta del National Opinion Research Center para el Gobierno de Estados Unidos sobre 1.537 adultos. Sólo el 0.6% mantuvo relaciones homosexuales permanentes[2].
  • Encuesta del Instituto Alan Guttmacher para hombres de 20 a 39 años, para los que el 2,3% afirma haber tenido una experiencia homosexual y sólo el 1% con carácter exclusivo[2].

Francia

  • El gobierno francés encuestó a más de 20 mil adultos con el resultado de que el 4,1% de los hombres y el 2,6% de las mujeres había tenido relaciones homosexuales alguna vez a lo largo de su vida, y de sólo el 0,7% y el 0,6% para hombres y mujeres respectivamente para relaciones homosexuales exclusivamente[2].

Canadá

  • Sobre 5.514 estudiantes menores de 25 años el 98% era heterosexual, el 1% bisexual y el 1% homosexual[2].

Chile

  • Estudio Nacional de Comportamiento Sexual (Gobierno de Chile – Ministerio de Salud - CNS de Chile – ANRS de Francia) sobre 5.407 encuestados en el año 2000, el 0,2% declararon ser homosexuales y el 0,1 bisexuales[3].

Brasil

  • Sobre un universo de 3.324 encuestados en el año 1999, el 1,4% declaró ser homosexual o bisexual[4].

Dinamarca

  • Estudio aleatorio danés sobre 1.373 hombres, sólo un 2,7% tuvo una experiencia homosexual[2].

Noruega

  • Estudio aleatorio entre 6.300 personas. Un 3,5% hombres y 3% mujeres contestaron que habían tenido alguna experiencia homosexual en su vida[2].
Psiquiatría

Richard von Krafft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna y a quien el propio Sigmund Freud reconocía como su autoridad, consideró a la homosexualidad incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis de 1886. Los trabajos científicos de Freud, tras la llegada del psicoanálisis, resultaron en una postura que consideraba patológicas, no sólo a las prácticas, sino incluso a la mera condición homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (1905), Freud incluyó la homosexualidad entre las perversiones o aberraciones sexuales -en sus propios términos- equiparadas al fetichismo, la zoofilia, la necrofilia, o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de la falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.[5]

Psicoanalistas como Alfred Adler y Carl Gustav Jung, se pronunciaron al respecto, de una manera más estricta. Los posteriores psicoanalistas no sólo no modificaron estos juicios sino que los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos para la inclinación homosexual. Por ejemplo, en los años cuarenta del siglo XX, Sandor Rado afirmó que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo opuesto, por lo que se consideró susceptible de ser tratada como otras fobias. Ya en los años sesenta Irving Bieber y otros psiquiatras, partiendo del análisis derivado de la experiencia de trabajar con un considerable número de homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Por otra parte, en esa misma década Charles Socarides defendía la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. La posterior relativización y negación de esos juicios médicos procedió de científicos como el Dr. Alfred C. Kinsey, cuyas tesis fueron severamente criticadas por la ciencia psiquiátrica desde entonces. Los estudios de Kinsey alimentaron la revolución sexual y 50 años más tarde, la sexualidad del "todo está permitido" ha penetrado en todas las instituciones del mundo.

Causas

Existen diversas hipótesis sobre los orígenes de la homosexualidad. Las más contempladas bien se pueden clasificar dentro de dos conjuntos de factores: los endógenos y los exógenos. Los endógenos o innatos son aquellos que engloban aquellos factores genéticos, biológicos, hormonales, neurológicos, etc. Los exógenos o adquiridos se identifican con aquellos factores psicológicos, ambientales, que incluirían las experiencias durante el desarrollo en la infancia, la influencia y relación con los padres, etc.

Estudios sobre factores innatos

Muchos simpatizantes de la causa gay han querido defender una causa genética de la homosexualidad pensando que así podría validarse una idea que últimamente ha ido extendiéndose gradualmente, aún fuera de círculos no homosexuales, que argumenta que si la homosexualidad es innata y no adquirida, entonces ésta no es susceptible de ser cambiada, y que siendo así sería una conducta natural del ser humano, por lo que se acabaría definitivamente con su consideración como una patología, trastorno o desorden. Los homosexuales usan frecuentemente esta idea de la supuesta predisposición genética como una excusa para justificar su comportamiento. Sin embargo, aún cuando la homosexualidad fuese determinada genéticamente, también son condiciones genéticas el síndrome de Down o el daltonismo, y no por ello significa que no son patologías, mismas que además, como la homosexualidad, responden a una incidencia estadística similar. Más o menos hace veinte años en los Estados Unidos se hablaba del "gen gay", o del "cerebro gay", pero en realidad, ningún estudio ha demostrado tales conceptos.

Los estudios más difundidos acerca de un posible factor genético de la homosexualidad, son los efectuados por Simon Le Vay, en 1991, y Dean Hamer, en 1993, sin embargo, ninguno de estos estudios han podido ser reproducidos satisfactoriamente[6] y hasta ahora no existe evidencia sobre un supuesto "gen gay". Especialistas en sexualidad humana como William Masters y Virginia Eshelman Johnson, sostienen desde mucho antes que la teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada.[7]

Numerosos autores que han revisado cuidadosamente todas las publicaciones que intentan validar la predisposición genética de la homosexualidad, han descubierto que no sólo no demuestran una base genética para la atracción homosexual, sino que, partiendo de sus propios prejuicios e intereses personales, ni siquiera pretenden obtener evidencia científica para tal afirmación[8]. Los estudios al respecto están extremadamente defectuosos, inconclusos y parcializados pues por lo regular quienes hacen esas investigaciones son científicos homosexuales.

Neil Whitehead, un doctor en bioquímica, afirmó: "la homosexualidad no es innata, no es dictada genéticamente, no es inmutable."

Simon Le Vay y el "cerebro gay"

El científico homosexual y dirigente del movimiento gay de California, Dr. Simon Le Vay, llevó a cabo su estudio sobre cerebros de varones homosexuales fallecidos por SIDA. Su estudio se centró en un grupo de células del hipotálamo, conocidas como INAH-3. Le Vay alegó haber encontrado "sutiles, pero significativas diferencias" entre las estructuras cerebrales de hombres homosexuales y heterosexuales. Concluyó el resumen de su estudio diciendo: "Este descubrimiento... sugiere que la orientación sexual tiene un substrato biológico".

En 1991 la revista Science publicó un artículo reportando sus supuestos hallazgos[9]. Según el reporte, el Dr. Le Vay había examinado una muestra de cadáveres entre los cuales la mayoría pertenecían a personas homosexuales y había encontrado una diferencia significativa entre los cerebros de los homosexuales y los cerebros de los supuestos heterosexuales. La prensa tomó este nuevo descubrimiento y lo publicó a todo lo largo y lo ancho de EE.UU. Pero desde la publicación del supuesto hallazgo, ese estudio permaneció bajo el rigor de severas críticas, de hecho todo el estudio era muy defectuoso. Primero, el grupo de cadáveres que el Dr. Le Vay usó para su estudio fue muy limitado, pues constituyó de solamente 40 cadáveres. Segundo, los 24 cadáveres de homosexuales conocidos que fueron examinados murieron de SIDA, o más bien de complicaciones relacionadas, y se sabe que el cerebro de un individuo infectado puede sufrir cambios drásticos. El cerebro de víctimas del SIDA puede reducirse en tamaño; sus cavidades internas, llamadas ventrículos, se expanden y porciones de la corteza cerebral se consumen[10]. Aunque se pueden elaborar tratamientos que detengan la infección viral y permitan que el sistema inmunológico se recupere, es muy probable que los daños al cerebro sean permanentes[11]. Los 16 cadáveres restantes, según el estudio, eran de heterosexuales. Sólo se presume que lo eran, pero nadie pudo asegurar si lo eran o no.

Mientras que la mayoría de los homosexuales y la prensa alaban el descubrimiento del Dr. Le Vay, algunos homosexuales incluso tuvieron dudas en cuanto al método defectuoso que se usó en dicho estudio. Michael Botkin, un famoso escritor homosexual escribe: "Un control tan descuidado como el del Dr. Le Vay, invalida por sí mismo el estudio".

Por ello, en 1993, Le Vay trató de minimizar o justificar su error escribiendo que no intentaba probar la predisposición de la homosexualidad, evadiendo en parte los errores metodológicos de su defectuoso estudio:

Para muchas personas, encontrar una diferencia en la estructura cerebral entre hombres homosexuales y heterosexuales equivale a probar que los homosexuales "nacieron así". Una y otra vez he sido definido como alguien que "probó que la homosexualidad es genética", o algo así. No lo hice. Mis observaciones fueron hechas sólo en adultos que fueron sexualmente activos por un período considerable de tiempo. No es posible, sólo con base en mis observaciones, decir si las diferencias estructurales estaban presentes al nacer y más tarde, influenciaron a los hombres a hacerse homosexuales; o si eso apareció en su vida adulta, quizá como resultado de su conducta sexual.

Michael Bailey y Richard Pillard

El Estudio de Michael Bailey y Richard Pillard[12] se centró en mellizos. Si la homosexualidad estuviese determinada genéticamente, entonces uno podría esperar que un par de gemelos idénticos sean idénticos también en sus atracciones sexuales. Sin embargo, Bailey y Pillard no pudieron establecer esto. Su estudio probó que, cuando un gemelo era homosexual, había aproximadamente una probabilidad de 50/50 de que el otro gemelo fuese también homosexual. No obstante, esta probabilidad 50/50 es más bien atribuible a la influencia de la cultura circundante y del otro gemelo. Como el Dr. Dean Byrd señala: "El único punto esencial que emerge de la investigación de Bailey y Pillard realmente probó que las influencias ambientales juegan un fuerte papel en el desarrollo de la homosexualidad."

Dean Hamer y el "gen gay"

Otro estudio que atrajo la atención nacional fue el del Dr. Dean Hamer, un científico del Instituto Nacional de la Salud. Él afirmó que una región en el cromosoma X, la sección Xq28, estaba relacionada, en algunos casos, a la homosexualidad. Después de analizar esta secuencia de ADN en cuarenta pares de hermanos homosexuales, concluyó que los mismos marcadores genéticos existían en el 83% de ellos. Sin embargo, cuando se hizo ese mismo estudio con lesbianas, el supuesto eslabón genético no se encontró. La obra del Dr. Hamer está ahora bajo una investigación conducida por la Oficina Federal de Integridad porque sus asistentes señalan que el Dr. Hamer alteró intencionalmente la información, para acomodarla convenientemente a su conclusión final.

Otros afirman que los hallazgos de Hamer fueron simplemente mal interpretados, y por eso fueron presentados como una prueba de que la homosexualidad es genética y hereditaria. Sin embargo, como el mismo Dr. Hamer afirmó:

La herencia no produjo lo que originalmente esperábamos encontrar: una simple herencia mendeliana. De hecho, nunca encontramos una sola familia en la cual la homosexualidad hubiese sido transmitida según el obvio modelo que Mendel observó en sus plantas de guisantes.

El Dr. George Rice realizó de nuevo la investigación del Dr. Hamer, pero con diferentes resultados. Esto llevó al Dr. Rice a concluir: "Nuestros datos no apoyan la presencia de un gen de amplio efecto que influencie la orientación sexual en la posición Xq28."

Estudios sobre factores adquiridos

Actualmente, la mayoría de los autores se inclinan a favor de la interacción de una variedad de factores externos, y ambientales[13], pero no se ha descartado totalmente la posible influencia de ciertos factores internos como los hormonales o los neurológicos.

En particular se ha observado que el abuso sexual en la infancia tiene un importante papel para el desarrollo de la homosexualidad.

El 46% de los hombres homosexuales y el 22% de las mujeres homosexuales fueron abusados sexualmente en su infancia por una persona del mismo sexo. En cambio, entre la población heterosexual sólo un 7% de los hombres y un 1% de las mujeres sufrió acoso o abusos sexuales en su infancia por una persona del mismo sexo. [14]

David Finkelhor, experto en abuso sexual infantil, dice que "los chicos que fueron abusados sexualmente por hombres mayores tuvieron, al crecer, cuatro veces más posibilidades de implicarse en actividad homosexual que los que no fueron víctimas. Más aún, los adolescentes a menudo relacionaban su homosexualidad con sus experiencias de abuso sexual".[14]

El Dr. Joseph Nicolosi de la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad (NARTH), y quien ha trabajado con más de 200 homosexuales, comenta con la prensa sobre lo poco que se ha logrado en esta búsqueda del "gen gay". Lo que los homosexuales están buscando es una prueba biológica que los identifique a ellos como "una población diferente o especial". De ahí que ellos se aferran a cualquier evidencia que los favorezca en ese sentido por más fragmentada que ésta sea, con tal de poder decir: "Nacimos Así". Además, Nicolosi sostiene que las causas de la homosexualidad se remontan a la auto-percepción del niño o de la niña en la primera infancia. El niño, según Nicolosi, necesita de una relación con su padre para desarrollar su substancial identidad masculina, la niña necesita de una unión emotiva o relación con su madre para desarrollar su feminidad. Es el sentido del género que determina la orientación sexual; en otras palabras, cuando un chico se siente seguro de su masculinidad, se siente naturalmente atraído por las mujeres. Y la misma cosa es verdad para las mujeres: cuando una joven se siente segura de su identidad femenina, se sentirá naturalmente atraída por los chicos. El homosexual es una persona que carece tanto del sentido de género, como de identidad sexual, y por ello trata de remediar, o busca un remedio a través de otras personas. Esta inclinación se hace sexualizada, y es por ello que manifiestan el síntoma de la homosexualidad.

De hecho los activistas gay en los Estados Unidos ya no hablan tanto de bases biológicas o genéticas, porque ningún estudio lo ha demostrado ni ha ofrecido tal confirmación. Son mucho más evidentes las causas familiares y ambientales, especialmente aquélla que llamamos la clásica relación triádica constituida por el chico con un padre distanciado y crítico, por una madre involucrada, sobreprotectora y a veces dominante, y por un chico constitucionalmente sensible, introvertido y refinado que está expuesto a un riesgo mayor de sentirse falto en la identidad sexual, (incluso los casos de violaciones) este esquema se percibe continuamente.

Biología

Artículo principal: Comportamiento homosexual en animales

Desde el punto de vista biológico, la especie humana se encuentra entre las que se reproducen únicamente de manera heterosexual, es decir entre personas de distinto sexo. La homosexualidad por el contrario, es incapaz de engendrar vida y no tiene ningún propósito biológico definido, aunque se ha pensado que su función principal podría ser la de contrarrestar la sobrepoblación. Sea esto último cierto o no, la homosexualidad no es normal en términos de orden natural. La normalidad, dice el Dr. Joseph Nicolosi, es "aquello que cumple una función conforme a la propia naturaleza"; y esto es el concepto de orden natural. Los sexos iguales son incompatibles por condiciones intrínsecas y naturales; en razón de la anatomía y la fisiología, por lo que los sexos iguales no fueron 'diseñados' para su mutua unión.

Consecuencias médicas de la actividad homosexual

Además de responder a un desorden del desarrollo psicosexual, la homosexualidad, en especial la masculina, cumple con los parámetros requeridos para clasificarla como un síndrome, entendiendo éste como el conjunto de síntomas de claras consecuencias físicas y que caracterizan a una enfermedad en particular.

Profesionales de la salud como el Dr. Edward R. Fields y la Dra. Kathleen Melonakos[15] han profundizado en esta cuestión.

Las consecuencias médicas, enfermedades y daños físicos a los que los homosexuales activos son vulnerables pueden ser clasificados, resumidamente, como sigue:

  • Enfermedades de Transmisión Sexual

El 78% de los homosexuales contrae enfermedades transmitidas sexualmente, tales como VIH-SIDA, gonorrea, infecciones de Clamidia de tracoma, sífilis, herpes simplex, verrugas genitales, piojos púbicos, sarna, etc.

El SIDA en sus inicios llegó a convertirse en una pandemia a través de las actividades homosexuales y a partir de ellas se fue extendiendo a otros sectores de la población. De hecho, de no haber sido por la creciente actividad homosexual, este padecimiento no se habría expandido por América y Europa.

La actividad de los homosexuales es la única razón de que en 1992, el 83% del total de casos de SIDA en los Estados Unidos se daba entre los varones homosexuales y bisexuales. Los varones bisexuales son el principal medio de transmisión de esta enfermedad a la comunidad heterosexual, a través de una normal actividad heterosexual con una desafortunada pareja que, más tarde podrá, a su vez, contagiar esa plaga a su prole o a otros hombres.

De acuerdo con los Centros para el Control de la Enfermedad (CDC), los hombres homosexuales tienen entre 500 y mil veces más probabilidades de contraer el SIDA que la población heterosexual en general.

El Dr. Jeffrey Satinover informa de que el 30% de todos los hombres homosexuales de 20 años de edad serán VIH o estarán muertos a más tardar a la edad de 30 años.[16] Podría pensarse que el enfoque ético sería: "Utilicemos cualquier cosa que funcione para intentar sacar a esta gente de su posición de riesgo. Si ello significa hacer que se pongan el preservativo, bien. Si significa hacer que dejen el contacto sexual anal, bien. Si significa hacer que dejen la homosexualidad, bien". Pero esta última intervención es la única que es absolutamente tabú.

El hecho de que la APA haya eludido la responsabilidad por su carencia de integridad científica y profesional es especialmente increíble debido a la llegada de la epidemia del SIDA. En Estados Unidos actualmente se estiman unas 900.000 personas que están infectados con el virus del VIH, esto es, 1 de cada 300 americanos. Aunque ha habido un decrecimiento por año en las muertes por SIDA debido a la terapia de drogas, (terapia que cuesta un promedio de $12.000.00 por paciente al año), el índice de nuevos infectados por año ha permanecido el mismo, unas 40.000 personas, a pesar de veinte años de campaña de "Sexo Seguro".

Estos hechos demuestran el fracaso de políticas actuales para contener la epidemia del SIDA. Mientras que la terapia de las drogas prolongará brevemente la vida de estos pacientes, el SIDA permanece como la causa quinta de mortalidad entre las personas de edades entre los 25 y 44 años, y el 60% de los nuevos casos es contraído por hombres que han mantenido relaciones homosexuales.

  • Enfermedades entéricas

La Enfermedad del Intestino Gay o Síndrome Intestinal Gay, es una infección crónica de variados parásitos intestinales que incluyen especies como Staphilococus aureus, Shigella, Campylobacter de yeyuno, Salmonella, Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, Hepatitis A, B, C, D y citomegalovirus. También proctitis y proctocolitis causadas por virus herpes simplex, gonococo, Chlamydia trachomatis y Treponema pallidum.[17]

Según el Departamento de Sanidad Pública de San Francisco, entre el 70 y el 80% de los 75.000 casos de hepatitis registrados en esa ciudad se dan entre los homosexuales. Éstos son portadores de esa enfermedad en el 29% de los casos en Denver, del 66% en Nueva York, del 56% en Toronto, del 42% en Montreal y del 26% en Melbourne. El virus de la hepatitis A puede propagarse a través del agua o de alimentos contaminados y se transmite con facilidad en los colegios. La hepatitis C se transmite por vía sanguínea y sexual.

La hepatitis, la tuberculosis y los parásitos intestinales pueden ser contraídos a través de la saliva de personas infectadas que laboren en restaurantes o que manejen alimentos o, incluso, que se hallen a proximidad de los mismos. Dependiendo de la ciudad, entre un 39% y un 59% de homosexuales han sido infectados con parásitos intestinales tales como lombrices, gusanos y amebas.

  • Traumas relacionados con el contacto anal

El sexo anal es practicado por el 90% de los homosexuales y dos tercios participan regularmente según un estudio de Corey y Holmes. El grupo estudiado tuvo un porcentaje de 110 diferentes participantes sexuales y 68 "relaciones" rectales anuales.

Las probables consecuencias son: Incontinencia fecal, hemorroides, fisura anal, cuerpos extraños alojados en el recto, desgarros rectosigmoideos, proctitis alérgica, edema penil, sinusitis química, quemaduras de nitrito inhalado, etc.

El ano y el recto son órganos que tienen la función única y exclusiva de excretar los desechos digestivos del cuerpo. No poseen producción propia de lubricantes, necesaria para facilitar una penetración; su mucosa es sumamente delicada y sus vasos sanguíneos pueden desgarrarse fácilmente provocando el sangrado.

  • Enfermedades psicológicas.

Los homosexuales tienen mayor riesgo de padecer enfermedades mentales tales como depresión y tendencias suicidas, ansiedad, trastornos de la conducta, alcoholismo, drogadicción y violencia.[18] De hecho hay mucha más violencia dentro de la comunidad en sí misma que la originada desde fuera de ella.

Los homosexuales, hombres y mujeres, tienen una probabilidad 14 veces más alta que los heterosexuales de cometer intento de suicidio.[19] De acuerdo a la "Canadian Rainbow health coalition (CHRC)" los homosexuales tienen una probabilidad 3 veces más alta que los heterosexuales de lograr su cometido al intentar suicidarse.

El alcoholismo afecta entre el 20% y el 30% de la población homosexual. El 35% de las lesbianas tiene un historial de exceso de bebida, compárese con el 5% de mujeres heterosexuales. Además, aproximadamente un 30% de homosexuales y lesbianas son adictos a las drogas. [20].

Un estudio realizado por la Universidad de California (UCLA) en cerca de 2000 residentes del área de California, muestra que la población homosexual tiene mayor riesgo que los heterosexuales en el consumo y abuso de sustancias adictivas. Se encontró que en un año el 48.5% de homosexuales acudieron a clínicas de desintoxicación en contraste al 22.5% de heterosexuales.

Tratamiento

Artículo principal: Terapia de reorientación sexual

A quienes padecen este trastorno psicológico y desean eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales, se les recomienda realizar una terapia de reorientación sexual, también conocida como terapia reparativa.

Activismo gay

Terminología

Al decir del Dr. Nicolosi, es importante y esencial hacer la distinción entre ser gay y ser homosexual.

La palabra "gay" es un eufemismo que proviene del inglés: "alegre"; "divertido". No es un término científico con el cual se puede identificar el fenómeno. Los homosexuales comenzaron a usar esta palabra ya que consideraban que el término homosexual contenía el "estigma" de un diagnóstico médico hacia esta conducta y que, por lo tanto, "era despectivo". Y si bien aunque existan antecedentes de su uso como un término peyorativo, homosexual, es en realidad un término científico neutral usado para designar a las personas que se sienten atraídas sexualmente hacia miembros del mismo sexo.

Pero la palabra "gay", además, indica por sí misma una identidad sociopolítica. En otras palabras, todos los gays son homosexuales, pero no todos los homosexuales son gays.

Otro posible eufemismo ya demasiado extendido y mismo que no se pretende desvirtuar, es el propio término homosexualidad, pero que se observa como un intento de hacer entender la conducta homosexual como una supuesta variación de la sexualidad humana, en contraposición al término homosexualismo, que la Real Academia Española ya no contempla a pesar de su uso y de su mayor adecuación al fenómeno.

Desclasificación de la homosexualidad como trastorno

En 1973, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades y trastornos mentales contemplados en el DSM-III (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders)[21]. Esta decisión se estableció oficialmente por una mayoría de apenas del 58% de los miembros generales de la APA en 1974, quienes decidieron sustituir ese diagnóstico por la categoría eufemística de "perturbaciones en la orientación sexual", que se sustituiría más tarde, en la tercera edición (el DSM-III), por el término homosexualidad egodistónica, que a su vez se eliminaría de la revisión de esa misma edición (DSM-III-R) en 1986. La APA clasifica ahora el persistente e intenso malestar sobre la homosexualidad propia como uno de los "trastornos sexuales no especificados".[22]

Dos años más tarde la Asociación Norteamericana de Psicología adoptó una resolución apoyando esa decisión. Durante más de 25 años ambas asociaciones han exhortado a los profesionales de sus respectivas disciplinas a que intenten eliminar "el estigma que vincula la orientación sexual con trastorno mental". El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la homosexualidad del Código Internacional de Enfermedades.

Para entender el fenómeno político gay, tenemos que remontarnos a los hechos que precedieron a la desclasificación oficial de la homosexualidad como trastorno en 1973.

El primero sucedió en 1970, en el que miembros de la Gay Liberation Front interrumpieron una conferencia de la APA en San Francisco, acallando a los ponentes con sus gritos, amenazando a doctores, riéndose de los psiquiatras que veían la homosexualidad como una enfermedad y utilizando otras tácticas de presión para conseguir su propósito en aquel momento. Entre los psiquiatras participantes se encontraba Irving Bieber, quien realizaba un discurso sobre el tema cuando el grupo de militantes gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los activistas le gritó: "¡He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías!". Estos activistas a su vez se basaban en los pseudoestudios, entre otros, de Alfred C. Kinsey y de Evelyn Hooker.

El segundo de los incidentes, ocurrió el 3 de mayo de 1971, cuando un grupo de activistas gay irrumpió de nuevo en la reunión anual de la APA. El dirigente de los activistas se apoderó del micrófono y afirmó que los psiquiatras no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: "podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros". Según refiere Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, los gays usaron credenciales falsas para atiborrar el lugar y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como "un estilo de vida" y atacaron a la psiquiatría como "el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea".[23]

También Ronald Gold, de la 'Alianza del Activismo Gay', hombre abiertamente gay, era miembro del comité para suprimir la homosexualidad como diagnóstico en 1973, lo que demuestra la poca credibilidad en la imparcialidad de esa decisión. También destacan activistas homosexuales políticamente motivados, como el Dr. Richard Isay[24] de la APA, quien presionó para conseguir resoluciones que castiguen a los terapeutas que lleven a cabo la terapia reparativa. Otro activista homosexual, Clinton Anderson, director de la Oficina de Asuntos Lésbicos, Gay y Bisexuales de la Asociación Psicológica Americana[25], no permite que la NARTH entable un debate público o anunciar los encuentros de la NARTH en las publicaciones de la APA debido a que ésta no está de acuerdo con las premisas sobre las que se basa la terapia reparativa.[26] Los activistas de la APA también evitan el debate sobre el nuevo estudio del psiquiatra Robert Spitzer en el que cambia de opinión y afirma que la orientación sexual se puede modificar.[27]

El fundamento que daba antes Spitzer para suprimir la homosexualidad como diagnóstico en 1973 era que, para ser considerada un trastorno psiquiátrico, "debe producir con regularidad angustia subjetiva o asociarse con frecuencia con algún deterioro en la efectividad o en el funcionamiento social". Como otras condiciones sexuales que sí están clasificadas dentro de la lista de trastornos, la homosexualidad en sí misma no posee estos requerimientos para ser considerada un trastorno psiquiátrico, debido a que muchas personas están bastante satisfechas con su orientación sexual y demuestran no tener deterioro generalizado en la efectividad o en el funcionamiento social.[28] Sin embargo, este argumento sólo considera el hecho de que "muchos homosexuales estén satisfechos con su orientación sexual", (homosexualidad egosintónica) pero no considera al gran número de homosexuales que no lo están y que experimentan regularmente "angustia subjetiva y deterioro generalizado en el funcionamiento social" (homosexualidad egodistónica). Por lo tanto, la supresión del diagnóstico es desfavorable para aquellos que desean buscar tratamiento para su condición.

La protesta del Dr. Dean Byrd expresando su disconformidad, exhorta a los especialistas de la salud: "ya es hora de que los americanos insistamos en la verdad, no en la política, de todas nuestras organizaciones profesionales".

La farsa del Estudio Kinsey

Los estudios realizados por Kinsey en 1948[29] afirmaron que, analizados tanto comportamiento como identidad, la mayor parte de la población parecía tener alguna tendencia bisexual, aunque comúnmente se prefiere un sexo u otro. Según Kinsey, sólo una minoría del 10% de la población sería completamente heterosexual o completamente homosexual. Sin embargo, el Dr. Kinsey fue desacreditado nada más y nada menos que por el Instituto Kinsey, instituto que él mismo fundó. John Bencroff, director del instituto, nos revela que el Dr. Kinsey basó sus estadísticas en el diario de un pedófilo quien había anotado sus experiencias sexuales con 317 adolescentes. Bencroff dice que Kinsey dio la impresión de que su información provenía de tres o cuatro hombres, cuando en realidad su información provenía de un solo hombre. Vemos entonces que, tanto su punto de partida como de llegada, estos pseudo-estudios son los propios de una persona motivada políticamente y no los de un investigador que busca la verdad.

Probablemente la población homosexual de Estados Unidos solo esté entre 1% y 3%. Según un estudio hecho por el Instituto Kinsey en 1970, solamente un 1.4% de la población estadounidense se involucra en una relación homosexual después de los 20 años de edad. Esto es consistente con una encuesta hecha en 1989 que probó que menos del 1% de los adultos estadounidenses se involucra en una relación sexual con alguien del mismo sexo.

Estudios posteriores han demostrado que el informe de Kinsey había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la población y que sus experimentos fueron arbitrarios al tomar como muestra estadística a poblaciones de prisioneros de las cárceles, los cuales algunos habían desarrollado comportamientos homosexuales. Estos estudios críticos concluyeron además e independientemente los siguientes porcentajes de homosexualidad en la población:

  • 1.4% Instituto Kinsey (1970)
  • 1-2% Irving Bieber (en los 1970)
  • 2-3% William Simon (1974)
  • 2-3% Hunt (1974)
  • 1% Smith (Encuesta Nacional - 1989)
  • 1.6-2% Turner, Faye, Klassen, Cagnon (1989)
  • 1.6% NORC- University of Chicago, (Encuesta Nacional -1990)

Si se toma en consideración un probable 1% por aquellos homosexuales que no se han declarado como tales, el resultado en promedio sería de 2.5% aproximadamente. La mayoría de los investigadores están de acuerdo con que el 2.5% de la población puede ser homosexual.

Estadísticamente, la homosexualidad es de una mucha menor incidencia que la heterosexualidad.

Teorías pseudocientíficas
La "teoría" de la existencia de varios géneros

Una de las últimas "teorías" enunciadas para explicar la homosexualidad se basa presuntamente en el llamado darwinismo social. Propuesta por la profesora de biología de la Universidad de Stanford, Joan Roughgarden[30] , esta "teoría" se opone a la selección natural y la selección sexual de Charles Darwin y niega la constitución natural de la sexualidad en dos sexos o géneros, uno masculino y otro femenino. Toma como ejemplos especies del reino animal y grupos de culturas distintas de la occidental, y alega que "la naturaleza y las diferentes sociedades ofrecen soluciones sorprendentes a la sexualidad", da como ejemplos a peces con varios tipos diferentes de machos o cuyos componentes cambian de sexo en caso de necesidad; mamíferos que tienen a la vez órganos reproductores masculinos y femeninos (hermafroditas), etc. En el caso de la biología humana, afirma que la existencia de homosexuales, transexuales y hermafroditas no es más que "una variación natural que se integra perfectamente en la diversidad mostrada por los demás animales". La expresión social de esta diversidad se encontraría supuestamente en sociedades como la de los indios norteamericanos, los mahu polinesios, los hijra indios o los eunucos, a los que identifica con personas "transgénero".

Sin embargo, algunos animales que cambian de sexo, como ciertas especies de ranas y peces, lo hacen de forma natural y bajo ciertas condiciones extremas, como cuando en la población existe mayor cantidad de hembras que de machos, por lo cual las hembras necesitan compensar ese desequilibrio, cambiando totalmente su estructura reproductiva para poder aparearse y con el único propósito de reproducirse. Los transexuales no son en absoluto una variación de este tipo, porque no cumplen dos razones fundamentales:

  1. El aparente "cambio de sexo" de humanos "transexuales" se hace artificialmente bajo procedimientos quirúrgicos y tratamientos hormonales.
  2. Este "cambio de sexo" se realiza con cualquier propósito imaginable a excepción del de reproducirse.

Un artículo publicado por el laboratorio de Roughgarden en la revista Science, fue fuertemente criticado. Cuarenta científicos escribieron diez cartas y uno de ellos llegó a decir que era "ciencia de muy mala calidad y de pobre erudición".

Teoría Queer

Los activistas gay han fabricado una ideología sexual denominada como "teoría queer", que actualmente es promovida como una explicación científica de la sexualidad humana. Ésta plantea la idea de que todas las orientaciones sexuales (tanto heterosexualidad como homosexualidad) y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una "construcción social" y que, por lo tanto, no existirían "papeles sexuales biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales".

De este modo, tanto la atracción hombre-mujer, masculino-femenino y la identidad sexual, así como los roles de género adoptados por la especie humana desde la prehistoria -como el papel de proveedor por parte del padre y el cuidado del hogar y la familia por parte de la madre- serían fenómenos artificiales creados arbitrariamente por la sociedad y la cultura sin ninguna base funcional evolutiva, negando así cualquier relación con la naturaleza sexuada manifiesta en el reino animal en general, y particularmente en los mamíferos.

Esta "teoría", aunque desplaza a la homosexualidad fuera de lo estrictamente natural, también lo hace con la heterosexualidad, convirtiendo a cada una en un fenómeno equivalente. Pero además, esto supone el intento de establecer que la biología no tiene nada que ver con la manera en que un sexo se siente atraído hacia el otro, obedeciendo al instinto sexual que es fundamental para la procreación y la supervivencia de la especie.

Homosexualidad y estado civil

Artículo principal: Matrimonio homosexual

Los activistas gay han conseguido la ampliación de supuestos derechos en la estructura social de varios países. Estos "derechos" incluyen el reconocimiento social, cultural y jurídico que regula la relación y convivencia de dos personas del mismo sexo, con iguales requisitos y efectos que los existentes para los matrimonios, es decir, las instituciones formadas entre dos personas de distinto sexo.

Según la Real Academia Española, el matrimonio es la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.

Adopción de niños por parte de homosexuales

Artículo principal: Adopción de niños por homosexuales

La adopción de niños es uno de los privilegios otorgados a los homosexuales que más debate y oposición ha suscitado.

Los niños son el resultado de la unión exclusiva de un hombre y una mujer. El hecho de tener niños no es un aspecto inherente ni característico de las relaciones homosexuales, tampoco es un hecho natural incontrovertible e innegable. Por más que un hombre tenga sexo con otro hombre, o bien, una mujer con otra mujer, no será posible la concepción del embrión. La naturaleza sexual no estableció que los individuos fuesen producto de las uniones homosexuales, y por la misma razón tampoco estableció que fuesen criados por homosexuales. Si la naturaleza hubiese querido que fuera así, los opositores a estos privilegios no tendrían nada que discutir al respecto, sin embargo, en razón de este único principio natural y evidente, la mayoría de la sociedad rechaza la adopción gay. Gradualmente, a la vez que este privilegio va imponiéndose y desarrollándose en la sociedad, van apareciendo también sus consecuencias.

Homosexualidad y pederastia

Artículo principal: Homosexualidad y pederastia

Otro de los aspectos que ocupan al movimiento gay es el esfuerzo por reducir la edad legal o de consentimiento para las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, y por más que los sectores homosexuales lo nieguen o lo ignoren, esto no deja de ser una triste realidad.

Un punto del debate al que no se le da demasiada publicidad es el tema de la pederastia.

No pocos grupos de homosexuales quieren incluso lograr que sea permitida la actividad sexual entre adultos y niños. Un estudio reciente del Family Research Council analiza los intentos para reducir la edad del consentimiento en diversas partes del mundo.

La APA ha afirmado cínicamente que "Otro mito sobre la homosexualidad es la creencia errónea de que los homosexuales tienen una mayor tendencia a abusar sexualmente de los niños que los heterosexuales. No existen pruebas de que los homosexuales tiendan a un mayor abuso sexual de los niños que los heterosexuales".

Sin embargo, que los homosexuales tengan una mayor tendencia a abusar sexualmente de los niños que los heterosexuales, no es una creencia, es un hecho. La Dra. Judith A. Reisman, profesora de investigación de la American University confirma que solamente el 9% de la población heterosexual, es pederasta. En cambio la población homosexual pederasta alcanza el 60%.[31]En otras palabras, el 87% de la población pederasta es homosexual, mientras que el 13% restante es heterosexual.

Desinformación y adoctrinamiento escolar

Ilustración del aberrante cuento homosexual para niños llamado "Rey y rey", por autoría de Linda De Haan y Stern Nijland

Muy tristemente, centros de educación infantiles como las escuelas de Massachussets y otras áreas de los Estados Unidos están ya adoctrinando a los niños de preescolar y de la escuela elemental o primaria a equiparar las relaciones homosexuales a las del matrimonio entre un hombre y una mujer. En España incluso, una organización llamada "ONG por la No Discriminación", con el apoyo de la dibujante Luisa Guerrero (autora del primer cuento infantil homosexual escrito en español) y la presunta psicóloga Isabel Carmen Rodríguez García, se han dado la tarea de elaborar cuentos infantiles con temática homosexual, con el propósito de que desde temprana edad los niños perciban que la homosexualidad sea una "variable natural y normal más en la diversidad de los individuos de toda sociedad"[32]. Esto sitúa a muchos padres, como David Parker, ante una posición realmente intolerable para ellos, pues no desean entrar en particulares sobre la homosexualidad con un niño pequeño, y la única solución para muchos de estos padres ha sido retirar a sus hijos de esas escuelas y buscar otras alternativas.[33]

La APA incluso reconoce que, en la mayoría de las personas, la condición homosexual se determina a una edad muy temprana.[34] La desinformación intencionada sobre la homosexualidad tiene el propósito de elevar el porcentaje de homosexuales en la población, causando un grave riesgo para la salud pública.

Legislación

Situación ilegal de la homosexualidad en el mundo

A pesar de la gran maquinaria propagandística de los medios de comunicación, así como la clase política gobernante en las naciones de cultura occidental que justifican, apologizan y promueven la homosexualidad, en oriente por el contrario, la homosexualidad es considerada un delito en más de 40 países, con penas que van desde menores, prisión perpetua hasta la pena capital.

En el gráfico de la derecha, se observan las naciones o estados que condenan la homosexualidad:

Pena capital

Cadena perpetua

Pena mayor

Pena menor

Por ejemplo, el código penal jamaicano prohíbe el sexo entre hombres, al igual que en muchas partes del Caribe anglófono. El Artículo 76 de la Ley de los Delitos contra la persona prohíbe "el abominable crimen de la sodomía", bajo penas que llegan hasta los 10 años en prisión con obligación de realizar trabajos forzados. El Artículo 77 estipula condenas de hasta 7 años en prisión por intento de sodomía. El Artículo 79 prohíbe "cualquier acto de escándalo público" entre hombres, ya sea en público o en privado, con condenas de hasta 2 años de cárcel, con o sin trabajos forzados.

La homosexualidad también es delito en la India, el principal país hindú. El artículo 337 del código penal de la India que permanece vigente desde el periodo colonial británico, redactado en 1860 por Lord Thomas Macaulay, dice que: "Quien, voluntariamente, tenga un contacto carnal contra el orden de la naturaleza con un hombre, una mujer o un animal, será castigado con - la prisión de por vida - o por un periodo que puede llegar a diez años, y deberá pagar una multa."[35]

Sabía usted...

  • Que según diversos estudios, existe una relación significativa entre homosexualidad y pederastia: entre el 22% y el 60% de los homosexuales son o han sido pederastas.
  • Que los movimientos gay de varios países están intentando reducir la edad de consentimiento sexual entre personas del mismo sexo hasta los 10 años (en Holanda ya está en 12 años), así como legalizar el incesto.
  • Que, según estadísticas del gobierno de EEUU en 1992, entre el 17% y el 24% de chicos menores de 18 años son víctimas de abusos homosexuales, comparado con el 0.09% de chicas víctimas de abusos por heterosexuales (Judith A. Reisman, American University).
  • Que algunos psicólogos quieren que la pedofilia sea considerada un comportamiento normal (Dr.M.Wertheimer).
  • Que el diario METRO publicaba el 14/01/2005 que niños de la calle en Barcelona ofrecen servicios sexuales a los gays en las zonas de "cruising": "...son chavales, la mayoría inmigrantes de familias desestructuradas..." (ver guía www.gayinspain.com : "en la plaza Sant Miquel "suele haber algunos chavales". Al aire libre está la Plaza Catalunya, donde "hay chicos que buscan protección").
  • Que, según el Journal of the American Medical Association, el 50% de los hombres enfermos de SIDA han tenido relaciones sexuales con un hombre adulto antes de los 16 años, y el 20% antes de cumplir los 10.
  • Que según un estudio longitudinal publicado en 1997 en el Journal of Orthopsychiatry (Golombok y Tasker), a la edad adulta, los hijos criados por lesbianas tienen un 24% más de incidencia en relaciones homosexuales que los hijos de madres heterosexuales.
  • Que la práctica homosexual reduce en 20 años la esperanza de vida, aumenta 5 a 10 veces el riesgo de SIDA, y que entre el 70% y el 78% de los gays aseguran haber tenido una enfermedad de transmisión sexual.
  • Que las personas (adultos y jóvenes) con prácticas homosexuales son más propensas a padecer enfermedades mentales (depresión, ansiedad, trastornos de conducta), al abuso de drogas y a experimentar tendencias suicidas.
  • Que la violencia entre parejas homosexuales es de 2 a 3 veces más frecuente que entre las heterosexuales, y que las uniones homosexuales, son significativamente más propensas a romperse que las heterosexuales.
  • Que la duración media de las relaciones homosexuales es de dos a tres años y que, según la Federación Estatal de Gays y Lesbianas, los homosexuales tienen una media de 39 relaciones con distintas personas a lo largo de su vida.
  • Que el estudio de la Universidad de Sevilla tiene serios defectos metodológicos (sesgo de selección, pérdida de 50% de la muestra, etc.)
  • Que los movimientos gay no practican la tolerancia que predican y reclaman, pues persiguen judicial y mediáticamente a todo el que discrepa de sus ideas y reivindicaciones y niegan a los demás la libertad de expresión y de acción.
  • Que el Colegio Americano de Pediatras considera inapropiado, demasiado arriesgado y peligrosamente irresponsable para los niños, cambiar la tradicional prohibición sobre la paternidad de los homosexuales, ya sea mediante adopción, tutela o reproducción artificial. Esta posición está basada en los mejores datos científicos disponibles. ¿Son estos los padres idóneos para adoptar a un niño? ... tal vez, en el futuro, el tuyo?.

Fuentes

  • Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984
  • Eastern Psychological Assoc. Convention, N.Y., Dr. Raymond A. Knight, 1991
  • Journal of the American Medical Association, J. Wassermann et al., 1984, 1986
  • Journal of Interpersonal Violence, W.L. Marshall et al., 1991
  • Psychiatric Journal, University of Ottawa, J.W. Bradford et al., 1988.

Referencias

  1. Jeff Satinover, Homosexuality and the Politics of Truth, Baker, 1996.
  2. Existe una carta de Freud de 1935 (Carta a una madre americana) que se usa a menudo para demostrar que Freud cambió de opinión al respecto de la homosexualidad, pues en ella, expresó que la homosexualidad "no es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad", sin embargo no tenemos conocimiento sobre algún estudio que respalde esta idea oficialmente. Una simple carta no tiene la misma validez que tres ensayos.
  3. Gadd, 1998.
  4. Masters and Jonhson, Human Sexuality, 19 (pp. 319-320), Masters and Johnson, V.E. (1979). Homosexuality in Perspective. Toronto; New York: Bantam Books. ISBN 0-553-20809-8.
  5. Crewdson, 1997; Horgan, 1995; McGuire, 1995; Porter, 1996; Rice, 1999.
  6. Revista Science, 1991.
  7. The New York Times, 15 de octubre de 1985.
  8. Op. cit.
  9. J.M. Bailey y R. D. Pillard, A genetic study of male sexual orientation, Archives of General Psychiatry, 48, 1089, 1991
  10. Parker, William, Homosexuality, Scarecrow Press (January 1971), ISBN-10: 0810804255
  11. 14,0 14,1 [www.frc.org/get.cfm?i=IS02E3&v Dailey, T. Homosexuality and Child Abuse. Family Research Council. Número 247.]
  12. Satinover, J. (2003). Homosexuality and the Politics of Truth. Grand Rapids, Michigan: Hamewith Books, p.57
  13. Whitehead, N. Homosexuality and Mental health Problems.
  14. C. Bagley and P. Tremblay, Suicidal Behaviors in Homosexual and Bisexual Males, Crisis 18 (1997): 24-34.6
  15. César Vidal, La homosexualidad no es lo que era, artículo del 16-11-2002.
  16. Isay, Richard, Becoming Gay.
  17. Kathleen Melonakos, ¿La homosexualidad es nociva para la salud?
  18. Robert Spitzer, Can Some Gay Men and Lesbians Change Their Sexual Orientation?: 200 Participants Reporting a Change from Homosexual to Heterosexual Orientation (Archives of Sexual Behavior, October 2003, p.403-417) PMID 14567650
  19. Spitzer, et al., p. 1215.
  20. Alfred C. Kinsey, Sexual Behavior in the Human Male (1948) y Sexual Behavior in the Human Female (1953).
  21. Joan Roughgarden, Evolution's Rainbow: Diversity, Gender and Sexuality in Nature and People. Paperback ed. Los Angeles: Univ. of California Pr., 2004.
  22. Judith A. Reisman, Crafting Gay Children. Psychiatric Journal, University of Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988
  23. Riesenfeld, R. (2000), Papá, mamá, soy gay, México, Ed. Grijalbo.
  24. APA Online. Public Affairs.
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FUENTE: http://es.metapedia.org/wiki/Homosexualismo