MADRID, 16 Jun. 04 / 09:06 am (ACI).- En una entrevista concedida al diario madrileño ABC, el profesor de la cátedra de Historia y encargado de la edición del documento presentado este martes en la Santa Sede que contiene las Actas del Simposio Internacional sobre la Inquisición realizado en el Vaticano en 1998, Agostino Borromeo desmintió algunas de las falsedades promovidas por la “leyenda negra” sobre la Inquisición.
En la entrevista, el profesor de Historia en la Universidad de Roma La Sapienza y director del Instituto Italiano de Estudios Ibéricos, habló sobre el volumen de 800 páginas que recoge las conclusiones de 60 historiadores y expertos de todo el mundo.
Borromeo aseguró al diario español que el trabajo presentado “rompe el tópico de que los acusados terminaban casi siempre en la hoguera”.
Al precisar este primer aporte de la investigación, Borromeo señaló que aquel “procedimiento penal contra herejes comienza en 1231 y termina con la abolición de la última Inquisición, la de Roma, en 1870, después de haber tenido características distintas según los países y épocas. La Inquisición española -muy activa y que no fue abolida hasta 1834- juzgó en toda su historia a unas 130 mil personas, de las cuales fueron condenadas a muerte menos del dos por ciento”.
“Durante mucho tiempo se confundieron juicios con condenas a muerte, y se pensaba en unas 100 mil ejecuciones, una cifra totalmente irreal. Aunque hubo sentencias de prisión y de galeras, la mayor parte de las condenas eran espirituales: peregrinaciones, penitencias, plegarias, etc.”, señaló el catedrático.
Preguntado sobre las penas establecidas por la Inquisición en otros países, Borromeo declaró que “entre 1551 y 1647, el tribunal italiano de Aquileia condenó a muerte sólo al 0,5 por ciento. En cambio, los 13 mil 255 juicios de la Inquisición portuguesa entre 1450 y 1629 se tradujeron en un 5,7 por ciento de condenas a muerte.
Al respecto, Borromeo precisó que “bien es verdad que también hubo muchos juicios a personas fallecidas, en cuyo caso se exhumaban los huesos y se quemaban. Pero el total de personas ajusticiadas por los diversos tribunales en toda su historia se sitúa en torno al 2 por ciento”.
Al ser interrogado sobre las torturas, el profesor de La Sapienza expresó que además del tema de la hoguera, este tema constituía “la segunda sorpresa”.
“Hemos descubierto que se aplicaba a menos del 10 por ciento de los procesados y siempre en condiciones mucho más benignas que en los juicios civiles del momento. La tortura nos choca hoy mucho -por desgracia menos, después de lo visto en Irak-, pero durante mucho tiempo formaba parte de la normalidad procesal. Era ‘la reina de las pruebas’, y a muchos delincuentes se les torturaba antes de interrogarles”, añadió.
Agostino Borromeo explicó después que “no es lo mismo la Inquisición medieval que la de los siglos XVIII o XIX cuando la gente era mucho más sensible a la injusticia. En la Edad Media, la Inquisición era muy popular porque se veía al hereje como un enemigo, un peligro. Y la pena de muerte era entonces muy normal”.
Finalmente, el director del Instituto Italiano de Estudios Ibéricos explicó algunos cambios en la historiografía al respecto. “Desde el siglo XVI, en que empezaron a circular opúsculos protestantes contra la Inquisición española, hasta pasada la mitad del siglo XX, la Inquisición fue un tema polémico. Algunos la utilizaban para atacar a la Iglesia, y otros respondían con apologías que llegaban a extremos ridículos, como decir que no eran tribunales de la Iglesia sino del Estado, lo que es falso”.
“Durante sus primeros mil años, la Iglesia se opuso a la pena de muerte. Después la aceptó durante casi otros mil. Juan Pablo II ha pedido perdón por el antisemitismo y por el recurso a la violencia. Como historiadores, no nos corresponde juzgar sino clarificar”, concluyó.
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